jueves, julio 02, 2009

Uno, dos, tres... ¡Tigers!

Las rivalidades entre grupos o equipos de cualquier índole son clásicas. Deportivamente, social, cultural, política y, religiosamente, vamos, hasta sexualmente se crean sectores antagónicos que, por la misma naturaleza humana con la que fuimos creados, nos mueven al grado de la pasión o el fanatismo.

Clásico también, es que en la etapa de estudiantes, formemos grupos o alianzas entre sujetos con similares caracteristicas e intereses -llamados clubes, pandillas, etc.- con los que nuestra formación académica se ve complementada a la formación humana, pues en ese diario convivir, aprendemos los unos de los otros.

En el caso de este, su seguro servilleta, en la escuela, por ahí del último año de la secundaria, se comenzaron a definir los grupos o facciones a las que por afinidad, inercia o mera casualidad podías integrarte, amén de que siempre fuimos grupos bastante unidos en mi generación del Heróico (por aguantarnos) Instituto Carlos Pereyra de Puebla.

Por ahí estabamos los "Wilburs" que eramos un montón, e inocentemente enarbolábamos el slogan de "No somos machos, pero somos muchos" sin darnos cuenta del tinte gay que la fracesita encierra. También las chicas se agrupaban en grupos como "Las Boas", "Las Elvias" (dicho sea de paso, yo no bauticé a ninguno de los grupos, los nombres surgían de la creatividad colectiva) "Las Guilles". Otros más eran "Los Davys" y "Los Tigers" entre los que puedo recordar.

Chistoso que aunque pertenecíamos ya en la prepa a los grupos antes mencionados, la unión de los salones ("A", "B", y "C") era grande -podía verse en las fiestas o retiros, pero dentro de la cohersión, se veía la delimitación de las pandillas y en asuntos deportivos, hasta la rivalidad.

Recuerdo mucho los partidos de fútbol rápido en las canchas de básket, o los duelazos de voleybol, que antes de llevarse a cabo, cada equipo entonaba su grito de batalla.

Uno, dos tres... ¡Tigers!

¡Wilburs! ¡Roble, roble, roble! (nunca supe por qué demonios gritábamos así)

Con el paso de los años, y aproximándose el 22° aniversario de la graduación de la prepa, hemos tenido la gran fortuna de que de vez en cuando la vida nos reuna, quizá no a todos a la vez, pero sí a quienes andamos por estos rumbos de la capital mundial del mole y los camotes.

Tengo la enorme fortuna de haber hecho gran amistad con mucha gente durante mi época de estudiante, obviamente los más cercanos eramos "Los Wilburs", pero hoy en día, la actividad que cada uno de nosotros desempeña, ha hecho un poco complicado el reunirnos. Una mínima parte nos juntamos en el Toks de Plaza Garita los martes a las 9:30 de la noche (invitación abierta a quien quiera llegar, por cierto), pero no llegamos a ser nunca más de cuatro o cinco, inclusive con grandes amigos de la época de la uni, que ya no pertenecieron a la era del Pereyra.

Los Tigers, desde hace ya un buen tiempo, hicieron el compromiso de reunirse el primer miércoles de cada mes, y desde mi regreso de Córdoba, amablemente me invitaron a convivir con ellos, siendo las dos reuniones más recientes a las que he podido llegar, allá por los lares de Fallo Álvarez.

Nacho Castro, en la última reunión dijo algo muy, pero muy cierto... "esta pinche risoterapia no tiene madre". Y tiene toda la razón.

Recordar es volver a vivir, no importa si son tarugadas o aventurillas de adolescentes, la plática, las memorias, todo lo que en el rato que dura la reunión -por lo menos en mi caso- es un levantón, una recarga de la pila que me mueve, pues este grupo de amigos, ya en camino a los 40's realmente crean una suerte de viaje en el tiempo a nuestra vida de estudiantes, y esa sensación de ausencia de preocupaciones, regresa por unas horas a nuestra mente. Fallo, Nacho, Hugo, Gerardo, Gilberto y los recientemente convocados, Robert y Pablo -junto a este quien escribe- entre risa, plática, recuerdos (un par de tragos, por supuesto) y carrilla a la antigua, hacen regresar la vibra de libertad -pese a los tiempos que vivimos- en cada uno.

No importa si de repente el cantar a todo pulmón y con más ánimo que afinación, o el comentario chusco (gracias pinche Robert por hacer notar mi camiseta al méndigo "Telero") son la nota del momento. Las noticias de los amigos que viven en otros lugares (Jorge, Toño, Arce), el clásico "te acuerdas que buena estaba...(inserte aquí el nombre de alguna excompañera)" y hasta como viejas de lavadero, uno que otro chisme que al final, a todos pone de buenas.

Gracias por aceptar a este Wilbur en el cónclave Tigeresco. Me encanta pintarme las rayas del tigre una vez por mes, aunque cuesta trabajo hacer durar la recarga de la pila, vale la pena esperar al siguiente primer miércoles.

Las fotos y el video de la última reunión... valieron madre, se voló la tarjeta de memoria del celular y estoy intentando rescatarlas, el show de 'Hombres G', de Gil y Pablo, no tuvieron madre, pero lástima Margarito, no los pude incluir. Igual y les ahorro una vergüenza para con los lectores de este blog.

Reciban abrazos.

3 comentarios:

Roberto Rodríguez dijo...

Mi querido "Wilbur" resultó inevitable el expresar con sarcástico tono, la notoriedad de la ahora "memorable camiseta", neta que parecia leotardo de trapecista, pero sabes que es con el afán de hacer una afectuosa observación propositiva y constructiva... por lo que apelo a tu sensatez y te recomiendo NO VOLVER A USAR SEMEJANTES MADRES !!! jajaja Roberto Rodríguez.

Gerardo "tel" dijo...

yo presiento que el canotaje pudo ser una revelacion en la vida de wilbur, quiza le falten compañeros para este deporte y nos quizo de esa forma motivarnos a que hicieramos equipo para algun torneo. lo que no me queda claro es que en que pinche rio o alberca cerca de aqui se vaya a practicar el canotaje; pero tal vez mejor yo le de al clavo pensando, en que quiza el wilbur sea fan fan fan de las lucha libre en especial del tirantitos. la duda esta en que el sea tecnico o le rudo le rudo le rudo. tambien pudo ser el wilbur en otra vida, en antiguo dedicado a la alterofilia faltandole hoy en dia un bigote espeso tipo cocinero italiano, y cargar peso bruto, practicando junto con la primera medallista mexicana de olimpiada de la cual ni me acuerdo de su pinche puto feo nombre (creo que es soraya). En fin para la proxima reunion no dejes de llevar tu camiseta tipo traje de baño feminil de los años veinte. jajajaja saludos

Endiablarce dijo...

Mi querido Wilburin:
Vamos por partes, primero dejame dejarles ir la mia.
El grito de "roble, roble, roble" es alucivo a tu nombre de batalla completo: Wilbur Bulwinkle Cara de Roble Ceja Unida. Este largo y comprometedor nombre, asumo, es obra de la creatividad e Teddy Memex Weaber, a él le puedes dar las gracias.
En otro asunto, les agradesco que se acuerden de este su seguro cumplidor. Desde Madrid les mando un afectuoso saludo y que sigan compartiendo estas vivencias.
Abrazos y besos a sus chiquitines.

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