sábado, noviembre 20, 2010

Weekend at...

El primer paso, la reunión en el Relax estuvo leve y aunque poco concurrida, valió la pena el rato de plática y buena música.

La falta de costumbre obligo a mi reloj biológico a despertarme a las 6 de la mañana -además de que olvide desprogramar el despertador_ pero de manera exitosa volví a dormir (y a soñar que andaba con mis amigos en Londres a punto de entrar a la inauguración de los juegos olímpicos).

Como caídas del cielo llegaron unas deliciosas (y sumamente "bravas") migas que preparo mi mamá para el almuerzo.

Mi clon 1.0 y su hermana iniciaron la titánica labor de preparar su casa y adornarla con motivos navideños -mismos que permanecerán hasta bien entrado el 2011, les apuesto lo que quieran.

Me quede solo en casa, elegantemente ataviado en pants y con la misma mugre de ayer (hoy me declaré en huelga de baño), lo que permitió el poder emplear el amplificador a volumen alto y tener un jam session rockero como hace tiempo no tenía.

Dicen que el hambre es canija (y más el que se la aguanta) por lo que para comer, seleccione un par de tacos árabes acompañados de una Sol sal y limón de los cuales di cuenta hace unos minutos viendo el drama que se está desarrollando en el Estadio Azul, ya que Pumas asestó el primer zarpazo igualando el global -además de contar con un hombre mas en la cancha.

By the way... Penal a favor de Pumas.

Para lo que resta del sábado voy por un rato de PlayStation 3 y alguna película que valga la pena.

Cacho anotó el penal... Ya valió queso.

En fin, este descanso me esta cayendo de perlas.

Ya era hora.
Enviado desde mi oficina móvil BlackBerry® de Telcel

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miércoles, octubre 27, 2010

Clón 1.0

Hace exactamente 18 años y un día.

Sí, me hubiese encantado escribir este post desde ayer, pero el trabajo sigue siendo intenso y por más que intenté darme maña, simplemente no fué posible darle forma a lo que hasta hoy quiero externar.

Y es que el 26 de octubre tiene un significado verdaderamente especial para mi.

Es el día en que me convertí en padre por primera vez, hace 18 años y un día.

El 26 de octubre de 1992 muy temprano por la mañana, nació mi clón 1.0, pesando unos saludables 4 kilos con 50 gramos. La monja a cargo del pabellón de maternidad de la Beneficencia Española, le llamaba simplemente "El Grande", y sí que lo era, y lo es.

Marco, mi hijo mayor, ha sido una de mis mayores alegrías precisamente desde que me enteré que venía en camino a este mundo tan loco y absurdo como su mismo padre, quien con apenas 22 años cumplidos se veía ante uno de los retos más fuertes a los que cualquier hombre -y sobre todo a esa edad- se puede enfrentar, ser padre.

Nació fuerte, sano y según la opinión de todos -hermoso-, muy pronto mostró todos los razgos fisonómicos que mi herencia genética le confirió (o en palabras de su madre, fué el primero al que "eché a perder").

Inteligente, observador, algo llorón (todos los bebés lo son) fué todo un estuche de monerías durante sus meses de bebé y los primeros añitos de su existencia; muy pronto (demasiado, diría yo) se convirtió en el hermano mayor de quien hasta hoy es su más grande amiga, cómplice y adoración -su hermana.

Su primer colegio (El San Gerardo, en Monterrey, N.L.) fué toda una aventura, fué precisamente en esa época en que me dió uno de los sustos más grandes que me he llevado en la vida, su aparato respiratorio colapsó una noche -un 'espasmo pulmonar' de acuerdo con el pediatra, lo que fué el preludio del asma que padeció desde pequeño y la causa por la cual buscamos regresar tan pronto como nos fué posible del norte del país, el clima extremoso y los drásticos cambios de temperatura le habían afectado demasiado.

Lo considero un héroe por haber soportado de manera más que estóica el tratamiento para el asma, las inyecciones en los bracitos me dolían más a mí que a él; aún y a pesar de su condición, nunca dejó de ser un niño normal aunque a veces los ataques de tos eran muy duros. Desarrolló una enorme habilidad con los video juegos, quizá los períodos en que debía permanecer en reposo para no sufrir otro ataque de asma afinaron su gran talento con las consolas.

Siempre ha sido un alumno brillante y aún en la época en que su madre y yo nos divorciamos (la más dura en el ánimo de cualquier hijo de familia) no mostró que la situación le afectase, fué mi soporte para con su hermanita, sin él, yo creo que el dolor de la separación hubiese sido aún mayor.

Su abuelo (q.e.p.d.) siempre lo miró con un gran cariño, es una de las más grandes adoraciones de sus abuelas y aunque lo fastidian cada que pueden, mis hermanos lo quieren enormemente; qué puedo decir de su hermano (técnicamente medio hermano, pero eso para mi no existe en realidad) lo mira como el gran ejemplo a seguir, copia todas las conductas y expresiones que puede identificarle y disfruta cada segundo que pasa con él.

La vida da demasiadas vueltas y a veces pone gran distancia y tiempo de por medio entre dos personas, en este caso entre varias -mis hijos y yo-, y principalmente con él a quien desde que nació, amo profundamente y he visto con gran alegría y a veces desde la distancia crecer y desarrollarse como persona, como un adolescente con enorme potencial y como el mayor de edad pre-universitario en quien se está convirtiendo, un futuro ingeniero (en mecatrónica -dice él) de gran talento.

No hay palabras suficientes para expresar realmente todo lo que quisiera hacerles qaber a ustedes y a él lo que significa en mi vida y en la de todos los que él toca con su existencia todos los días, su hermana, su madre, sus tíos y tías, sus amigos y amigas -el mundo- que si él se lo propone, se lo come en dos mordidqas (y no estoy implicando que sea de boca grande).

Pecoso, chaparro (ajá... ya mide más de 1.80), enano, tercero, teco, Lingüini, hijo, y demás apelativos que te hemos dado con el paso del tiempo:

Te amamos, tu papá en primera fila, felicidades por estos 18 años y un día que han hecho de nuestras vidas algo incomparable por tenerte entre nosotros, cerca o lejos, sanos o enfermos, alegres o tristes.

Tienes la vida por delante, no cometas los errores que nos has visto cometer, y si te llegas a equivocar, ya lo sabes -te lo dije alguna vez- todas las decisiones que tomes son correctas, hasta que la vida te demuestre lo contrario.

Ah, y te peinas pa' la foto, tienes que sacar tu credencial de elector.

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lunes, octubre 11, 2010

Días y días

Trabajo.

Esa es mi única excusa para no haber posteado en un buen rato, y es en un pequeño -y casi obligatorio- break en mis actividades que escribo este breve post.

Mi gusto por la lectura y la escritura es el mismo de antes, mi necesidad de hacerlo crece día a día, sin embargo las responsabilidaes y nuevas actividades que han surgido dentro de mi trabajo y el cambio que de manera interna se gestó en la empresa y me tiene ahora en el área de compras han reducido al mínimo el tiempo disponible para cualquiera de estas actividades, tanto así que de plano cuando llego a casa de ustedes, no tengo ya ni la fuerza ni la creatividad en el punto mínimo como para redactar unas líneas.

Quizá por ello me he refugiado un poco en Twitter y su formato de micro blog a 140 caracteres de pura inspiración por entrada; lo cual por momentos resulta tan o más complicado que la reseña completa de una película o de la actividad (por cierto nula a estas últimas fechas) del fín de semana.

El trabajo sin duda es una bendición, pero por momentos absorbe tanto que parece ser lo único que mueve mi existencia; el teléfono ha sido mi único vínculo reciente hasta con mis propios hijos (padre mal agradecido es lo mínimo que merezco como calificativo) pero a fin de cuentas toda la actividad laboral con su exponencial incremento son, y tienen por objetivo darle a los míos lo que ellos esperan de mí, por lo menos en cuanto su educación y solución de necesidades.

De la última entrada en este blog a la fecha han pasado demasiados días, formando semanas y practicamente meses enteros. No es la primera vez que sucede (e intuyo que no será la última) pero en la vorágine de acontecimientos dentro de la vida laboral de este su seguro servidor y amigo, no me queda más remedio que excusarme y prometer (aunque suene hueco) que haré lo posible por continuar con esta, que no es otra cosa que una labor de amor a una afición que tengo desde niño a expresar mis ideas en palabras (o garabatos) y que tres o cuatro de ustedes me honran con su lectura y el muy (y sí, es reclamo) muy ocasional comentario.

Paso casi 12 horas al día frente a una computadora. Desafortunadamente no se ha diseñado una aplicación para poder separar las ideas personales y las vivencias que hacen de un blog lo que es, del diario conmutar de un artículo a otro mediante pedidos, órdenes de compra, análisis de inventarios, solicitudes diversas y demás telarañas en las que se enreda mi diario transitar por esta oficina.

La transición ha sido un poco complicada, pero poco a poco me daré o la maña o el tiempo para poder continuar dando forma (o deformando según lo que ustedes aprecien) a esta bitácora, blog, o como quiera que se le llame hoy a esta forma de comunicarnos.

A los amigos que escriben, les aseguro los sigo leyendo y continúo visitando sus blogs cada que me es posible; a veces es mayor el disfrute de leerles que el intentar escribir algo sin sentido ni inspiración.

Regreso a mis labores, aquí dejo esta pequeña constancia de mi existencia en el ciber espacio.

Saludos.

Mc. Flowers

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martes, agosto 03, 2010

Soy despreciable.

Gru.

Unisílabo, simple y sencillo.

Ese es el nombre del personaje principal de "Mi Villano Favorito" ("Despicable Me").

Siniestro, feo y malo... muy malo; más malo que la carne de puerco en vigilia -dirían por ahí, pero divertido a más no poder.

Después de haber estado encerrado en la empresa donde trabajo, prácticamente hasta la media noche del sábado y ya entrada la tarde del domingo debido al inventario semestral, yo no tenía ganas más que de llegar a casa, recostarme y dejar que Morfeo hiciese de las suyas atrapándome en sus míticos brazos hasta el día siguiente, pero el extrañar tanto a mi mini clón hizo que me cosquilleara el dedo índice de la mano derecha y rápidamente tecleara en el BlackBerry el número del celular de la mamá del susodicho para intentar averiguar su paradero.

Me llevé la grata sorpresa de que andaban por el rumbo de Angelópolis y que no me tomaría más de 10 minutos llegar al encuentro de mi pequeño, así que raudo y veloz -aún con el cansancio a cuestas, me dirigí al centro comercial.

Tuvimos así la oportunidad de convivir un rato y de que -a sugerencia de mi enano, fuéramos al cine pues en términos simples la película "nos latía" a los dos.

Una historia donde el protagonista es el arquetipo de un villano es poco común, y una tan divertida como lo es "Mi Villano..." es aún menos común, pero tan entretenida y bien lograda que logró hacernos reir literalmente de principio a fin.

La historia es simple, Gru tiene que conseguir un préstamo del "Banco de los Villanos" para financiar el robo más espectacular jamás visto por el hombre, pero para poder garantizar el éxito de la operación (tanto la financiera como la del hurto en sí) primero tiene que sustraer una sofisticada arma reductora desarrollada por un pais asiático.

Con lo que nuestro suigéneris protagonista no contaba era con la aparición de un "tercero en discordia" un nóvel y enigmático némesis llamado "Vector" quien no se encuentra del lado contrario de la ley, sino más bien personifica a "la competencia" en la industria del robo, hurto, y cambio de dueño con consentimiento unilateral de propiedades, cosa que dentro del desarrollo de la trama se antoja difícil de creer, ya que por lo que conocemos del muchacho, le faltan cinco centavos para llevarse el título de inepto (alguien que diseña y presume un arma lanza-pirañas, no se merece otro adjetivo).

Pero como todo en esta película es parte de la diversión, cada personaje tiene su preciso lugar y momento; así que entran a escena las huérfanas Margo, Edith y Agnes, vehículo del cual don Gru quiere hacerse valer para conseguir sus siniestros objetivos. También forman parte del elenco los "minions" ('secuaces' en cristiano), una cruza entre jellybeans y las capsulitas que vienen dentro de los huevos Kinder Sorpresa (pero en amarillo) que son quizá el personaje secundario más simpático que hayan visto en años.

La verdad no quiero hacer de mi reseña y la opinión que tengo sobre esta película una narración o resumen de la misma, pues en realidad de lo que se trata es que ustedes la vean y la disfruten como lo hice con mi pequeño Adrián; normalmente spoilereo en mis reseñas y prácticamente -dependiendo del caso, les cuento hasta en qué termina, pero esta vez opto por recomendárselas de  preferencia en 3-D que en esta ocasión está perfectamente aprovechado y justificado.

Carcajadas por acá y por allá con secuencias rápidas y sorpresivas, reacciones de los personajes -y del público, que son divertidísimas, un doblaje muy bien hecho (y perfectamente adaptado sin caer en las acostumbradas -permitanme el término- 'burradas' al estilo "Shrek") con Andrés 'Güiri-Güiri' Bustamante en la voz de Gru y Alex 'Sexo, pudor y lágrimas' Sintek como "Vector".

Todo lo estresado y cansado que podía estar después de la maratónica sesión de trabajo del fin de semana, quedó totalmente atrás por partida doble gracias a mi mini clón y su iniciativa de ir al cine, realmente "Mi Villano..." funcionó como una perfecta riso-terapia que ni el mismísimo Doctor Nefario (el asistente de Gru) me hubiese podido recetar.

Ah, y la mamá de Gru me recordó (en buen plan) a muchas otras mamás que son la razón de ser de lo que sus hijos obtengan como logro en la vida o en su defecto dejen de obtenerlo; de lo lejos que se llegue o de lo estrepitoso del fracaso, de lo grande y victorioso o lo insignificante e insípido. Así que mamás (o futuras mamás que me leen) vean la película y decidan.

La tarde del domingo -ya muy tarde, por lo menos tuvo un excelente sabor para mi, los culpables fueron mi pequeño clon 2.0 y Gru (o los estudios Universal, casa productora de la película, que para el caso es lo mismo) de lo contrario, a estas alturas del partido ya estaría en la lona y hablando solo o algo.

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miércoles, julio 07, 2010

Graduaciones

Fín de ciclo escolar, se acabó el año para la gran mayoría de los alumnos de todo tipo de institución educativa, desde jardín de niños hasta universidades, y con ello viene la inevitable época de graduaciones para aquellos que culminaron la etapa correspondiente a cada nivel.

Totalmente innecesarias y llevadas a cabo más por costumbre que por convicción, las ceremonias y fiestas de graduación son ya un mal producto de la mercadotecnia y de rehusarse a avanzar y hacer cambios favorables en nuestras ancestrales costumbres mexicanas de organizar una pachanga casi para todo.

Evidentemente que para más de uno son fechas realmente importantes -digo- no todos los días se termina la preparatoria o la carrera universitaria (por corta o técnica que esta sea) pero eso de organizar tremenda festividad que incluye ceremonia religiosa, ceremonia para entrega de diplomas y reconocimientos, comida o cena para la generación -más lo que se acumule o se les ocurra en el camino- es exagerado, peor aún cuando solo se trata de parvulitos pre escolares o pre adolescentes que terminan los seis años de educación primaria.

Desde el comité de padres de familia -que eventualmente termina en desgreñadero, enemistades juradas y hasta juicios de divorcio-, hasta la amenaza de boicot del evento por parte de la sociedad de padres de familia en caso de que el "regalo de generación" no sea lo suficientemente espectacular, útil o estrambótico, pasando por la iniciativa de vestir a los varoncitos de cadetes y a las niñas cual princesas con el argumento de "es que de uniforme vienen diario" sin tomar en cuenta el desembolso exagerado por una vestimenta que solo usarán unas cuantas horas (mismas que los pobres niños batallan con la incomodidad de la misma) hasta la elección del menú, música, recuerdos y un interminable etcétera, cual si fuese una boda o algo.

Cuando mi generación terminó la educación secundaria, el concenso general de mi grupo en particular, derivó en una de las experiencias más memorables de esos tiempos -nos fuimos de viaje tres días con sus respectivas dos noches al centro vacacional  IMSS Oaxtepec-.

Eso sí, no pudimos evitar la misa con un torrencial aguacero a la salida y la sentida ceremonia con un interminable discurso de nuestro entonces director de sección (que siempre ha sido un especialista en el speech, la pompa y circunstancia -saludos Lic. Pérez Garrido-) que culminaba con un emotivísimo "¡y grande es el Pereyra, porque grandes son ustedes!" o algo así.

Para los que fuimos al viaje, -con todo y la discreta pero firme vigilancia de nuestros "chaperones"- la experiencia de sentir una dósis medida pero saludable de libertad, de convivencia y de haber llegado al final de un ciclo en nuestras apenas adolescentes vidas nos dejó mucho mejores recuerdos que una fiesta de algunas horas donde quienes al final disfrutarían del evento sería el resto de la gente y no nosotros.

Los murciélagos por la noche en el trayecto de las cabañas al comedor, los almohadazos entre los que ocupabamos las cabañas, las competencias de nado, de clavados, los partidos de fútbol, el remo en canoa que culminó con el extravío de mis lentes (a quien demonios se le ocurre subirse a remar a una canoa con los lentes prescritos por el oftalmólogo puestos) los partidos de voley bol, toda la convivencia que de alguna manera en el contexto del lugar, fluyó tan divertida que esos días pasaron rapidísimo -o al menos así lo recuerdo-.

La mayoría de los que pertenecíamos a esa generación culminamos juntos también la preparatoria. Fuimos la última generación que cursó la educación media superior en dos años, ya que para el inicio de cursos de 1987, se agregó un año más al plan de estudios.

No sé exactamente -o no recuerdo- por qué en este caso sí se decidió que la graduación llevase un formato más o menos tradicional -como lo he señalado antes- misa, ceremonia y -en nuestro evento- cena.

De la misa realmente no recuerdo mucho -casi de ninguna misa guardo un buen recuerdo-, no así de la ceremonia en el auditorio de otro colegio que para la ocasión se rentó (en ese entonces las opciones en cuanto a un auditorio con aforo suficiente eran pocas).

Evidentemente la dinámica de la ceremonia no era distinta a la de todas las graduaciones... entrega de diplomas, entrega de reconocimientos (con todo y que muchos aún no habíamos acreditado todas las materias -yo me fuí a extraordinario en... historia del arte), palabras del rector, bla, bla, bla.

Pero sí tuvo -como cualquier gran evento en el que haya participado con mis amigos- un twist.

La parte "artística" del evento incluía ejecución de piano, declamación (o no?) entre las varias formas de expresión del arte y la capacidad de algunos de los compañeros de generación en pararse en el escenario, además de una fonomímica a cargo un pequeño grupo de alumnos de 2° "B" -su seguro servidor incluído- al compás de "Con Todos Menos Conmigo" de Timbiriche que arrancó aplausos y ovaciones del público.

Al concluir la ceremonia en el auditorio, acudimos a la cena -que como todas- conservó el formato de siempre (movimiento de cucharas, cuchillos y tenedores al compás de música de Ray Coniff) pero con la gran diferencia de que en la mente de la gran mayoría de las personas que integrabamos la generación 85 -87 de la preparatoria del I. Carlos Pereyra estabamos más que felices de formar parte de esa celebración, rodeados de los compañeros que quizá no volveríamos a ver ya que cada uno emprendería el camino a la universidad y no en todos los casos habría coincidencias.

Yo lo gocé como nunca. Quizá es la celebración que recuerde con más cariño en mi vida, estaba rodeado de todas las personas importantes para mi, tenía la vida por delante, el futuro era incierto -y creanme que lo sigue siendo-. Bailamos, cantamos -repetimos el show- algunos inclusive se amanecieron en el festejo y agarraron la primer borrachera -de muchas- en su vida.

Lo he externado muchas veces, pero no me canso de hacerlo, aquella fué quizá la mejor época de mi juventud; las dificultades y retos realmente no representaban motivo de angustia o estrés, los amigos eramos mucho más unidos, con todo y diferencias, resentimientos (los menos), circunstancias familiares, burlas, bromas, crecimos y navegamos por esta etapa de la vida con una facilidad y naturalidad muy diferente a la que se vive hoy en día.

Veinte años después de esa graduación nos volvimos a reunir la mayoría de los integrantes de la generación (escribí un post sobre el asunto, ya han pasado tres años) y también fué realmente emocionante el estar juntos después de tanto tiempo.

Hoy es la graduación de secundaria de mi hija Fernanda.

Recordando la época en la que viví la misma etapa que ella, sé lo que por su mente puede estar pasando; vienen cambios importantes, pasa a una etapa diferente y nueva en su trayecto por la vida académica, misma que en lo personal recuerdo con cariño y nostalgia, deseando que quizá sí hubiese sido bueno cursar ese año extra que a mi generación ya no le tocó.

Adoro a mis hijos, a ella como la única mujer le tengo un cariño muy particular, así que aunque nunca llegue a leer estas líneas quiero desearle a mi pequeña princesa toda la felicidad y la suerte del mundo ahora que concluye la etapa de la secundaria, desearle que su paso por la preparatoria sea exitoso y de muchos logros, que cuando dentro de tres años se vea lista para ingresar a la universidad, sienta la misma emoción que yo sentí aquella noche en que mis compañeros y yo festejamos la conclusión de una etapa y el inicio del resto de nuestras vidas.

Sigo pensando que las graduaciones de kinder y de primaria son algo inecesario; pero hoy que tendré el honor de acompañar a mi hija en su graduación de secundaria, realmente creo que vale la pena, por lo menos por sentirme orgulloso de verla a ella terminar con éxito esta etapa.

Curioso, el lugar desde donde estoy escribiendo estas líneas (mi trabajo) se encuentra a unos cuantos pasos del salón donde se llevó a cabo la cena de graduación de mi generación de preparatoria. No puedo evitar pensar en ello prácticamente todos los días y de dibujar una pequeña sonrisa en mi rostro al recordar ciertos detalles que en su momento -y precisamente ahí- me hacían sentir el dueño del mundo.

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viernes, julio 02, 2010

miércoles, junio 23, 2010

Juguetes


-Por Dios. O que se calle el chamaco, o que se lo lleven afuera un rato.

Eso fué lo primero que pasó por mi cabeza al ver el drama ejecutado en un perfecto y estridente berrinche por un pequeñuelo de unos tres años disfrazado de Woody el vaquero, en la fila afuera de la sala donde 40 minutos más tarde se proyectaría Toy Story 3 (elegida por mi clon 2.0 en 3-D).

Una señora mayor (intuyo la abuela del Woody región 4) forcejeaba con el niño e intentaba tranquilizarlo, pero los decibeles del llanto y la magnitud de la rabieta presagiaban un funesto desenlace a nalgadas o algo. Creo que fué a base de comprarle cualquier cosa en la dulcería que el susodicho pequeñuelo renunció al berrinche y se reintegró a la larga fila humana que esperaba ansiosa el reparto de los lentes y el ingreso a la sala. Solo rogué porque a la hora de la proyección no reiniciara con el ataque de berridos.

Curioso, en la fila para entrar a la sala no solo se distinguía un Woody chillón, había varios más disfrazados que relativamente guardaban buen comportamiento, un par de Buzz Ligth Year y varios otros niños vestidos con ropa de calle que cargaban un juguete en los brazos (un Woody o un Buzz). El fenómeno Toy Story es fuerte.

Adrián (mi clon 2.0) veía con cierta curiosidad a los niños ataviados con disfraz o cargando la figura de acción articulada de los personajes, quizá dentro de su cabecita ubicaba el montón de juguetes que tiene en su casa relacionados con los personajes de Pixar -además, está en una etapa donde se auto etiqueta como "niño grande" (ajá, a los 5 años) o se preguntaba qué diantres hacían enfundados en poliéster de colores simulando los atuendos de Woody y Buzz; él en su mundo solo esperaba divertirse con la película en pleno día del padre.

Habíamos llegado a buena hora a comprar los boletos, y también fuimos de los primeros en formarnos fuera de la sala que finalmente se abarrotó, mi pequeño compañero de aventuras y yo teníamos buenos lugares dentro de la sala así que solo fué cuestión de minutos para que comenzara la función.

"Day and night" fué el corto que sirvió de preludio a la función. Pixar esta vez arriesgó buscando un estilo diferente en el clásico corto animado que antecede a Toy Story 3. Innovador y gracioso, además de llevar -como siempre- un mensaje positivo (en este caso, la aceptación de las obvias diferencias entre los dos personajes) es el calificativo que puedo externar del previo.

Con una secuencia inicial llena de acción y detalles sencillamente excelentes, Toy story 3 deja desde el principio un gran sabor en la boca. Sabor que conforme la película avanza se va transformando en la forma -nunca en el fondo- sigue siendo extremadamente agradable, aunque cambia de dulce a salado, a agridulce, a picante, a ligeramente amargo y así.

La trama es simple, Andy ya es un jóven a punto de entrar a la universidad, por lo que antes de mudarse al campus debe escombrar su habitación de la casa y tomar una decisión (o más bien ultimátum) que le plantea su mamá con respecto a sus juguetes: ático, basura o donación. Claramente la decisión está tomada, y como un recuerdo de la infancia que permanezca con él, Andy decide llevar consigo a Woody a la universidad y dejar al resto en el ático; pero por una serie de eventos los juguetes terminan en la caja de las donaciones con destino a "Sunvalley" una guardería matutina.

¿Qué es lo que espera un juguete? ¿Cual es su motivación, su finalidad de existir? Podría ser una respuesta simple, que alguien juegue con él. Pero esta película y el mensaje que lleva implícito, y por el que nos hace transitar en una gran abanico de emociones es diferente.

Woodie, Jessie, Buzz, Sr. y Sra. Cara de Papa, Slinky, Rex, Hamm y una Barbie de la hermanita de Andy enfrentan al mundo de una manera totalmente fuera del control de todos; ya no están en casa, ya no están dentro de la seguridad y confort del cuarto de Andy, ya no están tampoco dentro del baúl de juguetes que por lo menos los mantenía a salvo de cualquier daño. Estan en un lugar desconocido.

Pero ¿qué podría tener de malo llegar a una guardería repleta de niños?, ¿de salones llenos de colores y más juguetes?

Esa es una buena parte del desarrollo de la trama.

Baste decir que a los juguetes de la guardería los liderea un vetusto y en apariencia bonachón oso de felpa morado llamado Lotso -que por alguna milagrosa razón aún conserva su 'aroma a frutas'- y guarda un siniestro secreto. También en el 'entourage' de Lotso nos encontramos a un muñeco Ken más colorido que el aircoiris, un enorme muñeco llamado Bebote (guardaespaldas de Lotso) y a Twitch y Chunk, otro par de bullies.

Al no poder convencer al grupo de que la llegada a la guardería es un error, Woody decide emprender el viaje de regreso hasta la casa de Andy antes de que se mude de manera definitiva al campus universitario, los demás eligen permanecer en la guardería con la esperanza de poder dar y recibir cariño con los niños que en potencia jugarán con ellos -es la vida misma de cualquier juguete-.

Ajá, suena fácil, pero no lo será en absoluto. Tanto la travesía de Woody abruptamente interrumpida, como la idílica vida en una guardería para el resto son repentinamenta cambiadas, llevándonos por situaciones divertidas tan trágicas que rayan en lo cómico y tan cómicas que rayan en lo trágico. Hay momentos de auténtica lágrima al mejor estilo 'Remy', dos de hecho que para mi son el mayor mensaje de la película, y que para la inmensa mayoría de la audiencia infantil quizá pasaron desapercibidos como tal.

Uno: las situaciones más extremas son las que más nos unen

Dos: los cambios y el desprendimiento en la vida no siempre son malos

Yo escuchaba las carcajadas de mi clon 2.0 a unos centímetros de mi oido, mezcladas con las de muchos otros niños y adultos que colmábamos la sala. Sentí su manita sudorosa en los momentos de suspenso; sentí claramente el nudo en la garganta en los dos momentos más fuertes en el desarrollo de la película.

Sentimientos, esta película a fin de cuentas, manipula en gran forma nuestros sentimentos, pues más que de la trama en sí misma, la película nos mete en momentos que todos hemos vivido, y en donde es precisamente cuando los sentimientos juegan un papel preponderante.

Pixar se supera a sí mismo en cada película que lleva a la pantalla, el caso de TS3 no es la excepción, pues con la tecnología 3-D empleada más como un adorno que como un recurso (mi única queja, además de los exagerados precios de los combos de la dulcería so pretexto de los vasos y cubetas con las imágenes de la película), nos lleva a cada recoveco de los escenarios, nos llena las pupilas de colores y logra una perspectiva desde el punto de vista de los juguetes que solamente se había explorado en Ratatouille, pero en lugar de tener como fondo la cocina de un restaurante francés, nos sumerge en el mundo en el que interactúan estos personajes que ya forman parte de los 'clásicos' del catálogo de Disney - Pixar.

Salí feliz de la sala junto con mi pequeño clon. Salí con esa sensación de haber visto algo realmente grandioso. Adrián salió con hambre y ganas de devorarse al mundo, hablando como Woody y haciendo ruidos de Buzz Lightyear.


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sábado, junio 19, 2010

Kick Ass, patea traseros!

Contrario a mi costumbre, esta vez no haré reseña de esta estupenda película pues siempre lleno de spoilers los comentarios, creo que en este caso lo prudente es que ustedes la descubran por sí mismos, y si es necesaria una reseña, sigan el link http://finisimapersona.wordpress.com/2010/06/16/finisimas-visitas-macho-cabri... a la que de dos de mis másters en esto del blogueo (ellos ignoran que yo me considero su 'padawan') han escrito.

Toño Sempere y André se discuten con un parejo duelo de estilos que comparto con ustedes a manera de mini-homenaje.

Lástima que Monsivais no escribió una reseña de Kick Ass antes de estirar la pata, de lo contrario también lo hubiese incluído.

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viernes, junio 18, 2010

Dos miradas diferentes

1986:

Examenes finales de primero de preparatoria, las tres horas en promedio que duraba cada sesión de respuestas a los largos y a veces incomprensibles cuestionarios de los profesores de las diferentes asignaturas se tornaban por momentos eternas; de las ocho de la mañana a las once aproximadamente se vivía un ambiente de silencio y concentración por hacer el mejor esfuerzo -o en algunos casos- llegar a la puntuación suficiente para pasar el examen.

Una vez que cada cuestionario era debidamente contestado, ya no había más que hacer dentro de las instalaciones de la escuela, teníamos entonces que apurarnos a hacer compras de último momento en el extinto Gigante que se ubicaba en Plaza Dorada y correr unas cuantas calles como alma que lleva el diablo para llegar a casa de nuestro buen amigo Armando, ¿el motivo? mirar los partidos del Campeonato Mundial de Fútbol México 1986 y en el inter o al final de los mismos echar una "cascarita" en el amplio y hermoso jardín de la casa de Armando, que siempre estuvo muy cercana al colegio y al centro comercial de referencia.

México era el anfitrión por segunda vez de la copa del mundo, la primera de 1970 pasó totalmente desapercibida para todos los que integrabamos el grupo de amigos, pues en ese entonces eramos solo unos recién nacidos o pequeños bebés sin idea de lo que el fútbol se convertiría para la mayoría de nosotros en el futuro.

Puebla era sede mundialista, al estadio Cuauhtémoc se le efectuaron modificaciones y ampliaciones para poder recibir a más de 43 mil espectadores, nosotros hicimos intentos por adquirir las entradas más económicas (nuestros bolsillos adolescentes tenían más pelusas que dinero) pero lamentablemente la marea de gente que con anticipación había ganado su lugar fuera de la también extinta tienda Sportshop para comprar entradas, también nos ganó los boletos. La reventa (como siempre) era prácticamente inalcanzable para el presupuesto, así que lo mejor fué hacer un fondo común para comprar los elementos necesarios para disfrutar los partidos por la tele en casa de Armando.

Sí que teníamos una mentalidad distinta; las botanas no eran diferentes en absoluto a las actuales, Sabritones, papas, Churrumaiz, Doritos.

¿De tomar? Litros y litros de agua de horchata, jamaica o tamarindo preparada con concentrado Princesa o Tucán (nuestro mayor desafío y travesura era cambiarles las etiquetas con las que se ponían en ese entonces los precios por unas de menor valor -no había códigos de barras en ese entonces-) no bebíamos absolutamente nada con contenido alcoholico -ni una cerveza- a diferencia de los chicos que hoy en día tienen la edad que nosotros en promedio teníamos entonces (entre 15 y 16 años).

A excepción de los encuentros de la selección nacional, la mayoría de los partidos no tenían gran interés para nosotros, el "mundialito" que jugábamos en el jardín -ante los a veces horrorizados ojos de doña Irma (la mamá de Armando)- era más intenso y divertido: equipos de dos contra dos en un espacio de unos 20 metros de largo por 10 de ancho (igual y la memoria me hace exagerar las dimensiones, pero así lo recuerdo) con las clásicas sillas de jardín de herrería pintadas de inmaculado blanco como porterías.

Como el grupo era numeroso, había que turnarse y llevar a cabo las "retas" en órden, así que mientras unos jugaban, los otros comían botana como si no hubiese mañana y veían en la tele (una Hitachi si mal no recuerdo) a las selecciones patear el "Azteca" de Adidas en los diferentes estadios de nuestro país, mientras en el jardín se hacía exactamente lo mismo solo que a escala.

Vimos el triunfo de México sobre Bélgica con los goles de Hugo Sánchez y Fernando Quirarte, sufrimos el empate ante Paraguay pues desde el minuto 3 Luis Flores ya había anotado por los verdes y casi para finalizar nos igualaron, pasamos a la siguiente ronda con el solitario gol del "sheriff" Quirarte en el juego ante Irán y nuestra algarabía era inmensa, misma que nos llevabamos con desenfreno al jardín a pesar de la llovizna de esos días de junio (y el horror de doña Irma y nuestros tenis llenos de pasto y tierra mojada).

Fuimos testigos del gol más hermoso del mundial con la 'tijera' de Manolo Negrete al minuto '34 contra Bulgaria y del gol de Raúl Sevín con el que pasamos a los cuartos de final, donde los alemanes nos bajaron de nuestra nube en la tanda de penales después de haber empatado a cero en el tiempo regular. Únicamente acertó por los nuestros Manolo Negrete, los alemanes acertaron sin piedad sus cuatro tiros y ese 21 de junio en Monterrey marcó el comienzo de la negra nube que persigue a la selección nacional en los pénaltis.

El tumulto adolescente que llenaba de gritos y goles la casa del buen Armando (además de los restos de botana, aguas frescas y el involuntario trasplante del jardín a la sala de tele) se fué apagando conforme terminó el mundial y se avecinaban las vacaciones escolares; pero dejó en todos los que formamos parte de ese pedacito de historia una huella indeleble.

No recuerdo cual de las selecciones de dos jugadores quedó campeona en nuestro mundialito, Argentina se llevó el campeonato partido a partido de la "mano de Dios" en el mundial de fútbol real al derrotar a Alemania en el Azteca el 29 de junio en un juegazo que terminó 3 a 2 con goles de Brown, Valdano y Burruchaga por parte de los albicelestes.


2010:

Ya han pasado bastantes junios desde 1986. La vida nos ha llevado y traido a veces por rumbos y circunstancias diferentes a las que podíamos siquiera pensar en aquel verano mundialista en México, en aquel verano de ilusiones y cambios para bien de la gran mayoría de nosotros en nuestra tierna juventud, aún llena de sueños y de emociones por vivr.

El mundial ahora se está llevando a cabo muy lejos, Sudáfrica se vé tan lejana como ahora lo estan esos días en casa de Armando.

Los partidos los hemos vivido de manera muy diferente; ahora con las responsabilidades de la edad adulta no queda más que medio enterarse de como van los grupos por medio de los resumenes nocturnos o de internet, ya que los horarios son algo incómodos para poder disfrutar de algun partido atractivo, excepto claro, los partidos de la Selección Nacional Mexicana, que llueva, truene o relampaguee nos damos los mexicanos un permiso no-oficial para poder ver.

Así las cosas, el juego inaugural de esta Copa del Mundo lo ví junto con mis compañeros del trabajo en plena oficina del área de atención a clientes de la empresa, se dió el debut del equipo mexicano ante el anfitrión Sudáfrica quien asestó el primer golpe y nos obligó a remar contra corriente para apenas conseguir un empate a un agónico gol anotado por Rafa Marquez, en un grupo complicado por la presencia de Francia y Uruguay, mismos que empataron sin goles su encuentro.

Posteriormente Uruguay le puso un baño de agua fría al anfitrión al ganar por marcador de tres a cero obligando así a México a hacer lo que muchos pensaban imposible, ganarle a Francia.

Uf.

Para poder ver el partido esta vez fué muy diferente a lo que en el '86 teniamos como parámetro, en lugar de ser doce, quince o en ocasiones casi veinte amigos juntos ahora solo eramos cinco y solo tres, provenimos de esa era.

Ya hemos hecho del Relax un 'club de Toby' no oficial de ciertas fechas especiales -esta incluída- por lo bien distribuido del bar y la gran cantidad de pantallas que desde cualquier punto se pueden observar, la extensa carta de bebidas y la ocasional botana de alitas de pollo o nuguets (además de los clásicos cacahuates y chicharrines); con motivo del mundial nuestro anfritrión, el hiperactivo Teddy ideó un joint venture junto con un vecino de reconocida marisquería y armó un buen paquete para comer un cóctel de mariscos con la bebida de nuestra elección.

Así las cosas llegamos levemente tarde, pero nuestra mesa ya estaba lista como siempre, el partido ya estaba en el minuto 12 y el dominio mexicano se hacía evidente, los nervios estaban de punta y se percibía un gran ánimo acompañado de tensión en el ambiente.

Entre los gritos contenidos en la garganta y la salsa de habanero para los cócteles la bebida fluyó con ligereza ayudando a resbalar los nervios y la angustia de verse terminar el primer tiempo con Carlos Vela lesionado obligando al primer cambio por Pablo Barrera, pero con el equipo francés totalmente nulificado por la saga mexicana.

El intermedio con el video de 'Hitler' con subtítulos haciendo referencia a la convocatoria del "Bofo" fué auténticamente de carcajada, ya había visto versiones del mismo con relación al América, pero lo que en esta nueva versión incluyó el mismísimo Weaver hizo que se nos salieran las lágrimas de la risa.

El segundo tiempo comenzó y la selección seguía dominando el encuentro, hubo que sacar a Efraín Juárez al '54 quien vió su segundo cartón amarillo del torneo y lo descarta en automático para el partido contra Uruguay, entró con el número 14 el "chicharito" Hernández.

Minutos más tarde, saldría Guille Franco al '61 para dar entrada a Cuauhtémoc Blanco.

Dos minutos después de la entrada del famoso 'camellito', vino lo que para todos los mexicanos que presenciabamos el encuentro (miles... miles realmente en el estadio) y millones por la televisión esperabamos con ansias.

"Blanco evitó en el mediocampo que la pelota saliera y se la dio de taquito a Torrado, éste la tocó para "Chicharito", quien la retrasó a Márquez y picó hacia delante. Rafa, justo cuando Abidal intentó salir al fuera de lugar, la tocó de tres dedos, bombeada, para "Chicharito", quien entró sólo, debido a que los franceses pidieron el fuera de lugar, y luego de quitarse a Lloris, empujó la pelota al fondo". -Crónica del diario Esto

No habíamos coreado un gol con tantas ganas desde hacía tiempo, el grito fué estruendoso y la emoción absoluta; desde el 5 de Mayo de 1862 no le habíamos dado un susto mayúsculo a un grupo de franceses con intenciones de darnos en la torre, aunque afortunadamente, esta no era una batalla para repeler una invasión fué la anotación de un jóven mexicano que pegó de lleno en el ánimo de un pueblo hasrto de malas noticias.

Así las cosas el partido continuó con un equipo francés atorado a medio campo, con poca llegada y sin mucho órden, quizá lo que se ha comentado sea cierto, la selección francesa está fraccionada, dividida, desangelada por culpa de su técnico, el señor Domenech y broncas por el estilo.

Quince minutos después, para nuestra mayor alegría sucedió lo siguiente:

"Jugada polémica: Pablo Barrera entra al área por la derecha y se deja llegar por Abidal, para que este lo derribe. Penalti que Cuauhtémoc Blanco convierte en gol al meterlo pegado a la base inferior del poste derecho"
. -Crónica del diario Esto

Otro enorme momento de felicidad, el 10 mexicano puso el marcador final del encuentro.

Habíamos ganado, la Selección Nacional Mexicana asestó un duro golpe a el equipo galo, se consiguió una victoria que sumada al empate con Sudáfrica resulta en 4 puntos y nos coloca momentaneamente en el segundo lugar del grupo "A".

Lo que pase el martes a las 9 de la mañana en contra de Uruguay puede determinar el futuro del equipo dentro de la competencia, pero eso es una historia que aún no se escribe.

Lo que es el hoy -de hecho el día de ayer- fué un gran momento entre amigos, compartiendo una victoria del equipo nacional, compartiendo una buena comida y unos tragos con la gente que nos hace sentir bien, en un contexto muy distinto al que vivimos Teddy, Armando y yo en 1986 como parte de esa generación que vivió el mundial en plena adolescencia, pero con casi la misma sensación de gusto y libertad por hacer algo fuera de la rutina y del estrés de las obligaciones, por así decirlo, dos miradas diferentes del mismo evento, pero en épocas y circunstancias totalmente cambiadas por los años.

Ojalá y se repita más seguido, ojalá y los recuerdos no se borren y siga arrancándonos una sonrisa a los que aún sentimos profundamente el recuerdo de ese tiempo y agradecemos a la vida por los amigos que aún están aquí, junto con los que en el camino se han ido uniendo.

Armando, Robert, Teddy, Gerardo: gracias por haber sido parte de la tarde-noche de ayer.

Marco

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miércoles, mayo 26, 2010

Se nos fué


Uno de los grandes, quizá el más grande monero en formato de historieta que ha dado nuestro país.

Gabriel Vargas, creador de "La Familia Burrón" es ya inmortal.

Le sobreviven, aunque dejó de publicarlos en el 2009:

Borola Tacuche de Burrón
Regino Burrón
Fóforo Cantarranas (hijo adoptivo)
Regino Jr. (mejor conocido como "El Tejocote")
Macuca Burrón Tacuche
El fiel "Wilson" la mascota

Cristeta, Boba Licona, Ruperto, Bella Bellota, Robertino, Lucila Ballenato, Don Quirino, Susano Cantarranas, La Divina Chuy, "El Tractor", Doña Gamucita y su labregón hijo Avelino Pilongano, Alubia Salpicón, Kakiko Kukufate.. y muchos muchos más.

Quizá el novenario se lleve a cabo el "El Rizo de Oro" la peluquería de Regino o en el "Callejón del Cuajo número chorrocientos chochenta y chocho" humilde casa de los Burrón.

Descanse en paz, Maestro.

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domingo, mayo 23, 2010

Heart - Alone (en vivo)

Aunque la interpretación es excelente, el video es tan malo que parece que lo grabaron con celular... aunque en 1990 no había tal cosa. El solo de Howard Leese es prácticamente igual al del disco, pero el tipo no reflejaba emoción alguna al tocar.

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viernes, mayo 14, 2010

What About Love

Ah, esos 80's powerballadescos! La era estrafalaria de Ann y Nancy Wilson en el apogeo de Heart.

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jueves, mayo 13, 2010

lunes, mayo 10, 2010

Día de Mamá

A mi madre, a mi cuñada, a mis tías, a mis primas, a mis amigas, mis ex-esposas y demás mujeres que se han hecho presentes en mi vida, y tenido la bendición de ser madres, les dedico esta sentida interpretación del mismísimo Animal:
The Muppets - Mama (Bohemian Rhapsody )

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miércoles, mayo 05, 2010

Mi mero mole


Mis tres o cuatro lectores, me conocen lo suficiente para no entrar mucho en detalles, pero habrá algún incauto por ahí que por azares del destino, una mala broma de la red, o una búsqueda mal direccionada por Google venga a caer a este rincon del cíber espacio, así que pondré un poco las cosas en perspectiva...

Tras dos incursiones fallidas en el terreno de la vida matrimonial, actualmente vivo en un limbo legal de tecnicismos, o sea, estoy casado, pero vivo separado de mi última esposa, con la que me casé tiempo después de haberme divorciado por primera vez, aunque en la práctica todavía no hay una segunda vez, puesto que hasta que un juez no lo dictamine y tenga la sentencia firmada y sellada en mis sacrosantas manos... pues no estoy divorciado, por lo que técnicamente no soy una persona soltera, aunque en la práctica vivo como tal.

¿Se entiende?

¿No?

No hay tos... a fin de cuentas el meollo del asunto es otro, solo quiero poner en contexto la premisa de que los ultimos meses me he visto obligado a vivir solo.

Tiene su encanto, eso que ni qué. Tener un espacio vital para tí mismo y tus ideas, pensamientos, palabras, obras y omisiones es la neta... pero hay pequeños detalles logísticos que hacen toda una experiencia el diario trajinar por esta vida, principalmente a lo que a la alimentación se refiere.

Desde mi pre-adolescencia tuve que aprender a valerme por mi mismo en términos de la preparación del desayuno. Fué una suerte de acuerdo tácito entre mi madre y yo; siendo yo el mayor de tres hijos, la única manera en que podía ayudar a mi madre con la agobiante tarea de preparar a los otros dos críos para llevarlos a la escuela era atenderme yo solo a la hora de desayunar y prepararme el lunch. Así entre quemaduras de aceite y tostadora de pan, aprendí a prepararme mis huevos revueltos o estrellados (los primeros 3,748 fueron con la yema reventada, por lo que regresaron a la modalidad de revueltos) a hacerme licuados cuya base principal era leche helada (previamente hervida of course) proveniente de las remotas tierras de Chipilo... sí, ya sé, Chipilo está 'a tiro de piedra' de Puebla, pero eso de "remotas tierras" le añade exotismo a la narración...¿ya me estoy desviando otra vez? ah, perdón, continúo.

La base principal -como previamente lo mencioné, y luego me desvié- era leche helada y azúcar... los ingredientes complementarios podían ser frutas (los clásicos plátanos o mangos) chocolate, huevos, cereal, mermelada (el ataque del shock de azucar posterior a una bomba consistente en leche, azucar y fruta conservada en... azucar es terrible... llegas todo hypeado a la escuela y una hora más tarde te estás jeteando) En ocasiones ponía unas gotas de colorante vegetal en la licuadora con tonos verdes, azules, naranjas, violetas, you name it... los resultados a veces eran repulsivos a la vista, pero deliciosos en sabor... otras eran dignos de ser parte de la colección del Guggenheim o una obra de Pollock... atrayentes a la vista pero a la hora de probarlos... la combinación de papaya con cajeta y Corn Pops pintados de amarillo número 4 no era precisamente digerible.

Hot cakes mutantes (casi nunca me quedaban redondos en esos primeros intentos) french-toast que en sus versiones "beta" quedaban doraditos por fuera y más crudos que mis amigos en domingo por dentro, cualquier versión de pan tostado untado con cualquier cosa que fuese untable/comestible ya fuese en versión salado, dulce o intermedio; me sabía de memoria hasta la última frase en tipografía de 5 puntos de las cajas del cereal (Fruti-Lupis, Honey Smacks, Zucaritas), bebí litros y litros de jugo rehidratado de concentrado Florida-7 (más por flojera que por otra cosa, sabía horrible) conocí todas y cada una de las variedades de yogurt de la extinta marca Chambourcy, de hecho, fuimos una suerte de conejillos de indias para ellos, ya que al ser de los clientes más importantes de mi padre en ese entonces, le enviaban cajas y cajas de yogurt de nuevos sabores (recuerdo uno delicioso de mamey, uno dos-que-tres de guayaba, uno buenísimo que sí se quedó de pera, y la nefastez del yogurt sabor limón... era un híbrido de Tang con lácteo...puaj!) muchos nunca vieron la luz.

Para el lunch realmente nunca pasaba de la clásica torta a la "Chavo del 8" o sándwich de dos a tres niveles que normalmente era aplastado dentro de la mochila o la carpeta Trapper Keeper durante la prepa, honestamente prefería recurrir a la explotación del bolsillo de mi papá y adquirir en la cafetería de la escuela la sagrada torta de mole acompañada de un vasito de Pepsi, that was just about it.

La etapa de la especialización culinaria vino después, cuando al no querer asistir a los compromisos en familia prefería quedarme en casa. Los dichosos compromisos generalmente se llevaban a cabo en fin de semana y en las vecinas tierras de Tlaxcala, que eran el dominio profesional de mi papá, así que cuando no era totalmente obligatorio cumplir con el protocolo y llegar con la familia completa, era excentado de tal deber y me quedaba en la santidad de mis dominios.

Pobre cocina.

Lo lógico... o quizá lo práctico para un adolescente, pues es recurrir a comprar algo lo suficientemente comestible e ingerirlo cuando el estómago reclamase ser repostado (algo así como cuando el tóner de la impresora exige ser rellenado o cambiado); pero hete aquí que este, su seguro servidor, pues no tenía a su alrededor a las grandes cadenas de comida rápida o fastfood de hoy, la era de los Mc's, los Kings, los Bell's, los Hutt's y demás no había sentado sus reales en esta sacrosanta ciudad; básicamente lo más cercano que tenía era el área de comidas de un Aurrerá (hoy WalMart) y de lo mejorcito era solamente la torta cubana.

Mis pininos en la elaboración de algo comestible para los sábados o domingos por la tarde en que podía quedarme a mis anchas en la casa (como ahora) solía ser la repetición de la variedad del desayuno ensayado con anterioridad, pero cualquier ser humano que se precie de serlo corre el riesgo de aburrirse o de elevar exponencialmente sus niveles de colesterol y la masa corporal (yo padecí mucho de cierta obesidad entre los diez y los trece años) así que la comida tenía que ser diferente.

Las primeras confecciones consistieron en revolver atún con frijoles de la olla y salsa para tacos árabes, acompañado de medio paquete de pan blanco, una auténtica delicia. La pizza de tortillas de harina, con salsa para espagueti, jamón y queso era un must, aunque 8 de cada 10 quedaban quemadas por debajo en el infructuoso intento de lograr que todos los toppings se calentasen en un comal.

El arróz, ah, el arróz. Mi mamá nunca supo lo que su retoño podía combinar con la base del arróz (previamente limpio de todo rastro de chícharos, esos, pero ni en pintura). Casi todo el contenido del refrigerador era combinable con el arróz, comenzando por las carnes frías y embutidos, luego, aprendí a cocer pollo y a dominar el arte del asado de las chuletas ahumadas. Pronto el simple y humilde arróz se convirtió en un elaborado Yakimeshi -o como solía decir mi ex "paella japonesa" con la colaboración de todas las botellitas de salsas y condimentos de la alacena.

Conforme la práctica y el dominio de los trastos en la cocina se fueron haciendo más sencillos, pude aventurarme a incorporar algunas mezclas que involucraban ya tres o cuatro técnicas diferentes, entre ellas la de hornear (en el horno de gas) algunas cosas, con lo que siempre tenía a la mano el teléfono de bomberos (uno nunca sabe); poder emplear la licuadora sin crear un géiser de caldo de pollo hirviente (sí, me ocurrió una vez) y llevar a la perfección el rebanado de vegetales sin tener que retirar las yemas de mis dedos o rastros de sangre de cualquier preparación.

Los bocadillos que involucraban pan (tortas, sándwiches, baguettes, etc.) eran cada vez mejor logrados y su tamaño podía servir para alimentar a una pequeña familia, sin embargo invariablemente el destino de una torre de pan con prácticamente todo lo rellenable de la pirámide alimenticia (eludiendo el pescado, eso sí nunca ha sido afín para mi, el matrimonio pan-pescado simplemente no existe) era mi aparato digestivo y el ocasional cuate que andaba por mis rumbos el fin de semana.

La llegada de las sopas instantáneas de sobre fué para mi todo un hallazgo, las Maruchan y sus similares nunca me han gustado, pero la versión de Knorr, Campbell's y anexas en polvos o pastas rehidratables funcionan perfecto.

La práctica de preparar mis propias recetas de pasta ha sido fructífera, ya puedo disfrutar de casi cualquier versión a un perfecto dente, sin que resulte chiclosa, gomosa e incomible (¡¡saludos ex esposas!! ji-ji-ji) mezcladas con salsas, vegetales y otros ingredientes.

Creo que básicamente la cocina me ha servido como una suerte de distracción al medio día. Una persona que conozco y con la que recientemente compartí el pan y la sal... ejem... en restaurant, me abrió los ojos a una realidad que inconscientemente he intentado evitar manteniendo la mente ocupada en la preparación de lo que como o bebo... la soledad.

16 años de mi vida los había vivido en familia... 8 con la primera, 8 con la segunda, tuve un período de soledad en una ciudad distinta a esta por cuestiones de trabajo durante 2 años... pero la idea de que la familia estaba ahí, hacía llevadero el trance, ahora es muy distinto.

Mi mero mole, es lidear con la soledad, con los momentos en que me doy cuenta que estoy en una jaula de oro de 4 paredes en donde no hay más respuesta a mis palabras que el eco de las habitaciones que ahora están vacías, al igual que cierto sector de mi corazón y mi alma.

En el trabajo, cuando estoy con mis amigos, durante los breves periodos de tiempo en que mi madre viene a la casa... esos son los pocos ratos donde olvido mi condición de chef de mi mismo bajo las circunstancias en las que vivo.

Mi sentido del humor ya se despostilló un poco, pero hay gente que incondicionalmente me resana los abollones con sus palabras y compañía.

No sé, estoy ya en la idea de que para mi no habrá aquello de "la tercera es la vencida"... mientras tanto yo sigo llegando a casa a medio día a enfrentarme con un híbrido de laboratorio y cocina, donde seguramente Gordon Ramsay, Bobby Flay, o el mismísimo Anthony Bourdain me mentarían la madre de ver la forma en que des honro el sagrado recinto del fogón y la marmita. Me daría mucha risa verles la jeta, pero me daría más gusto que probasen algo de lo que prepare... y pongan cara de ...what the fuck? This is good!

Hoy el menú consistió en chilaquiles verdes con pollo sazonado con recuerdos.

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sábado, mayo 01, 2010

Segundo auto-upload

Mi segundo auto-upload. Con 95% más efectos y defectos. No contiene vitaminas, minerales ni conservadores. Dedicado al compadre Robert y su odio hacia Bon Jovi.

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miércoles, abril 21, 2010

El vuelo del "Aguila 1"

Asumiendo que el centro espacial "Colosio" quede establecido en Texcoco, esta será la primer comunicación.

Eso de la Agencia Espacial Mexicana con su presupuesto de 10 millones de pesos, es el chiste del día.

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lunes, abril 12, 2010

Milagros (o el único rant que leerán de mi sobre religión)



No todas las personas que habitan este planeta tienen una creencia de tipo religioso. A pesar de que prácticamente desde que la raza humana tomó posesión del "changarro" y se ha dado a la tarea de buscarle una interpretación divina a los fenómenos naturales, a las interacciones entre individuos, y hasta a la ingesta en cantidades industriales de bebidas que hayan pasado por un proceso de fermentación (ahí tienen ustedes a Baco, el dios del vino) no todos profesan una fé o pertenecen al conglomerado de una iglesia o sus derivados.

Al igual que los que buscan una interpretación teológica, hay quienes por medio de la ciencia intentan encontrar las respuestas que la religión o sus manuales del usuario (la Biblia, el Corán, etc.) no ofrecen de manera explícita a los millones de cuestionamientos existentes, y se enfocan a emplear a la ciencia en sus diversas disciplinas como método de solución a las dudas, algo así como el apartado de "solución de problemas comunes" de cualquier manual de instalación.

El abundar en temas religiosos es muy complejo, motivo de guerras y conflictos que a través de la historia, han dejado más preguntas sin resolver que respuestas -por no hablar de los individuos que han muerto como consecuencia de estas apasionadas y sangrientas batallas-. Por ello solo, y con fines de poner en contexto lo que realmente quiero externarles con este post les planteo lo siguiente.

Con los sucesos que se han comentado recientemente al interior de la iglesia católica, principalmente en México, los Estados Unidos e Inglaterra, y el subsecuente lavadero de manos de las altas autoridades eclesiásticas, el pasadero de la filosofal 'bolita' que nadie se quiere quedar, y los dimes, diretes, sonetes y cuentetes que hasta el mismo Vaticano ya no sabe como callar; queda claro que como institución (yo siempre he considerado a cualquier iglesia una suerte de personal administrativo para el planeta Tierra de la divinidad en cuestión, por ejemplo... la iglesia judía a Javé, la musulmana a Alá, la católica a Cristo... y un largo etcétera) ninguna iglesia se salva de que tarde o temprano, salgan los trapitos al sol -o en algunos casos hasta los mismos calzoncillos de curas, pastores, clérigos y demás- que por pederastas, promiscuos, viciosos, asesinos y algunas linduras más se exiban ante el mundo como imperfectos y hasta hipócritas. Sencillamente, las características (negativas, por supuesto) que puede tener cualquier ser humano.

Ser humano... ajá... todos ellos, independientemente de la religión o iglesia o como quiera que le llamen... son dirigidos por seres humanos de carne y hueso, como tú y como yo, que supuestamente siguen un precepto y una línea de conducta que los diferencía del resto, pero que al final, se la pasan por el arco del triunfo. Ahora -vale la pena hacer un 'disclaimer'-. Habrá tantos miembros de cualquier iglesia que se muestren ante el mundo con todas sus imperfecciones, como aquellos que sigan al pié de la letra el dogma y el concilio de sus propias instituciones, al grado de cumplir a carta cabal con lo que dictan los preceptos de cada religión, no de en balde han sucedido tragedias como el 11 de septiembre, que en fondo, se trató de una manifestación de lo que la iglesia (en este caso la musulmana) programó en la cabeza del puñado de terroristas que llevaron a cabo el plan.

Yo nací y crecí en el seno de una famila católica. Católica, apostólica y romana -para decirlo con todas sus letras-. Me bautizaron, confirmaron (ese era antes el órden) hice mi primera comunión (previa confesión de mis inocentes pecados de la infancia) y hasta me casé (la primera vez) por la iglesia. Prácticamente todo el proceso fué más por mera costumbre que por una auténtica convicción. Cuando hice mi primera comunión, recuerdo que esperaba sentir algo especial en el momento de tomar la hostia y beber el vino. Mi recuerdo es muy vivo hasta hoy... simplemente no pasó nada especial, por más que mis sentidos estaban alertas a lo que pudiese expresarse como signo divino de que estaba "comiendo el cuerpo y bebiendo la sangre" de Cristo... no ocurrió nada, no sonaron campanas, voló una blanca paloma, se abrieron las nubes... nada. Eso sí, cuando ví que en el desayuno se había juntado una buena cantidad de regalos (para mi hermano y para mi, los dos hicimos la primera comunión juntos) me puse muy contento... eso sí lo sentí.

Estudié desde quinto de primaria y hasta terminar la preparatoria en un colegio particular, dirigido por sacerdotes católicos de una orden menor -los escolapios. Cuando iba en sexto de primaria, los "Legionarios de Cristo" fueron a hacer un casting para hacer su labor de reclutamiento a mi escuela. No recuerdo mucho de lo que el padrecito ataviado con negrísima sotana y vistoso cuellito blanco platicó a nuestro salón. Recuerdo -eso sí- que después de la plática muy en petitte comité con la profesora hizo anotaciones en una lista y "el Cuervo Vengador" (así apodabamos a la miss) discretamente señalaba la ubicación de algunos alumnos. Yo entre ellos. Después del recreo, el jóven padrecito de la negra sotana, se acercó a mi para platicar en privado afuera del salón. No recuerdo gran cosa de la plática, solo algunos detalles de su speech de ventas como "imagina, ir al Vaticano a conocer al papa en persona como yo" o "la escuela tiene unas instalaciones padrísimas(sic), hasta hay alberca".

A la pregunta directa sobre si me gustaría ir con ellos a estudiar a partir de la secundaria, mi respuesta fué directa, tajante -y educada, hasta eso: "No, gracias" Respondí. Como un avesado vendedor de planes de previsión funeraria, el padrecito seguía adornando con el oro y el moro las posibilidades de hacer carrera dentro de la órden de los "Legios". Mi respuesta continuó siendo "no". Llegó el momento en que inclusive insistió en hablar con mi mamá, yo le dí vueltas al asunto y recuerdo que inventé que mi mamá trabajaba no sé dónde, haciendo no sé qué, con tan poca convicción que obviamente el padrecito notó mis mentiras y cambió de estrategia, me dejó en paz, pero después contactó a mi mamá.

Ignoro en qué haya consistido la plática, pero evidentemente no pudo convencerla, o ella misma sabía que la vida religiosa jamás sería algo que a mi pudiese llamarme la atención.

¿Cual fué el criterio para seleccionar a los que podían ser candidatos? Nunca lo supe. Pero recuerdo que cuando entre nosotros (los compañeros del salón) nos cuestionamos sobre con quién había charlado el famoso padrecito de negrísima sotana, caigo en cuenta que también pudieron ser negrísimas sus intenciones, tomando en cuenta lo que ahora se sabe de los "Legionarios de Cristo" y su ahora fallecido líder, Marcial Maciel. Cuando yo estaba en sexto de primaria (tenía once años) mi tez era tan blanca como un pan Bimbo, era pecoso como gringuito y mis ojos tenían un tono verde más claro que ahora -o sea- era un niño "bonito". El resto de los entrevistados tenían similares características.

A los 11 años el incidente pasó sin pena ni gloria, no me fuí, no me convencieron -y tampoco, obviamente a mi mamá- y ahora puedo decir en retrospectiva que quizá me salvé de milagro, de ser uno de tantos que en estas fechas están haciendo fuertes declaraciones sobre los abusos físicos y sexuales de los que fueron objeto cuando formaron parte de los "Legios" -Los "Millonarios de Cristo" les decían desde que yo estaba en primaria.

Conozco gente que sí se fué. Conozco gente a la que sí convencieron. Conozco gente que no fué finalmente llamada como posible seminarista o religioso, pero sí llegó a formar parte de la congregación en algún otro nivel.

Solo Dios sabe si alguno de ellos no forma parte del mugrero que ahora está saliendo a la luz.

Ya lo he dicho antes y lo reitero.

Creo en Dios, tengo una auténtica e inquebrantable fé hacia Él y sus misteriosas formas de llevar el sillón de CEO de este planeta, soy testigo de más de uno de sus milagros y básicamente lo que la religión católica me permeó desde la infancia sigue aquí conmigo.

Excepto sus dirigentes, ellos, desde el 'hermano' Juan Pérez que hace labor misionera en San Pedro de los Aguados (y mira con ojos lascivos a las nativas) hasta herr Razzinger, el actual papa, pasando por toda la línea ascendente de puntos intermedios en el escalafón de la iglesia católica, apostólica y romana, pueden por lo que a mi respecta irse directa -y literalmente- al diablo.

Espero no haber ofendido a alguno de ustedes con este post (principalmente por la foto que le acompaña, otro ejemplo de lo que a estas fechas sale a la luz).

Como yo ya no tengo acceso a los sacramentos de la iglesia (según esto, por haberme divorciado y vuelto a casar -aunque fuese solo por lo civil-) y habiendo quedado técnicamente excomulgado, desde aquí, este lugar del ciber espacio, elevo una oración por todos aquellos que fueron, son y serán, víctimas de algún miembro de cualquier órden o creencia religiosa. Mi conciencia está tranquila, y seguro varios miles de veces más limpia que la del tal Maciel o el padre Alberto.

Uno ya se murió, el otro ya se casó. El infierno para ambos en resumidas cuentas.

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sábado, abril 10, 2010

El comment que se hizo post.

Hace un rato, como comment al post (para mis amigos que no lo saben: si le das click con el mouse a las letritas azules que dicen 'post', hay un vínculo que te lleva a la publicación original del mismo... duh) del genial Toño Sempere en su blog, escupí lo que leerán a continuación, y como quedó tan largo y me sentí tan orgulloso de él, lo posteo en mi blog en espera de que les sirva de ejemplo de lo que con un poco de ganas e imaginación se puede lograr:

"Finísimo menú mi Toño, aunque debido a la limitante que ya has comentado de la oferta gastronómica en los menús (o menúes?… como madres se escribe en plural?) de estos lugares, más bien yo propondría la creación del asunto partiendo desde cero.
Permítame usted elaborar:


Al no ser tan práctico para estas mega-cadenas restauranteras efectuar un, llamémosle ‘reboot’ al menú, mi instinto creativo y actitud empresarial netamente mexicana (Peter Parker erróneamente le llama sentido arácnido) considero crear nuestra propia cadena de restaurantes. Sí, admito que suena arriesgado, pero hasta ellos (las grandes cadenas) habrán comenzado así.


No podría afirmar que el inicio sea fácil, no. Pero con la actitud correcta y un secreto que alguna vez escuché en un programa donde se hablaba de bienes raíces y el secreto del éxito en una transacción (location, location, location), veo un futuro promisorio y lleno de triunfos.


El primer eslabón en la cadena es abrir el ‘Toño’s Corner’, que como su traducción del inglés indica, se trata de un establecimiento ubicado en una esquina con buena afluencia de gente deseosa de degustar un bocadillo rápido y económico (la gama puede ser muy amplia). El plus es la evasión fiscal y la descarga de adrenalina al tener que levantar el changarro (con todo y tanque de gas) en cuanto algún supervisor de vía pública pase por el sitio.


Consolidado el primer paso, podemos continuar el rumbo a la apertura del ‘Toño’s Den’, ahora en un local que no requiere ser muy grande, pero sí es un must que el mobiliario sea patrocinado por alguna marca de refrescos o cervezas (imagino las pláticas de negociación con “Barrilitos” o “Pascua Boing” y el estire y afloje por el modelo de lujo de mesa y silla plegable). La base gastronómica del local no cambiaría mucho en función del ‘Toño’s Corner’ -principalmente para que los parroquianos no le pierdan el gusto- lo que sí es imprescindible es contratar a un buen ‘cleaner’ (Re: Harvey Keitel en “Pulp Fiction”) por aquello de algún deceso inesperado por fallitas en el tema de la resistencia a las bacterias.


Una correcta administración y el esfuerzo del equipo, puede llevar al negocio un nivel más arriba, el ‘Toño’s House’. Siempre habrá algún conocido que nos pueda dar el tip sobre alguna propiedad (una casa, obvio) que haya sido abandonada, embargada por el banco o quedado intestada, en la cual pueda hacerse un modelo de negocio donde nuestra clientela sienta que come y es atendida como en su misma casa. La idea es poder hacer un sondeo local sobre las costumbres gastronómicas del mercado ‘target’ y llevarla a cabo mediante la implementación de un equipo de meseras gritonas que lleven a nuestros comensales sus platos a la mesa con un sonoro “te lo tragas” o “cuidadito y dejas algo” un “me paso todo el día en la cocina pa’ que me hagas esos gestos” o cualquier otra frase o elemento que nuestro departamento de marketing (a estas alturas obvio que ya contamos con uno) pueda aportar como valor agregado. En esta etapa, con licencia (o sin ella, es igual) podemos ya expender y servir bebidas alcohólicas en la modalidad de copeo, botella abierta en la mesa, o botella adulterada para grupos con cara de funcionarios de gobierno.


Indudablemente, el éxito a estas alturas del partido será un vocablo que continuamente emplearemos en nuestras conversaciones, principalmente por estar ya consolidando el ‘Toño’s Garden’ tope de nuestro modelo de negocios y punta de lanza para la inminente transformación de lo que -alguna vez- comenzó en una esquina (hace solo unos párrafos ¿te das cuenta de lo rápido que funciona esto?) y ahora se perfila como un modelo de franquicia nacional e internacional. Nuestro hábil equipo legal ya habrá gestionado (o enviado al ‘cleaner’ en avanzada) la instalación en centros comerciales de alto nivel y perfil socioeconómico nuestro vistoso y atractivo diseño, mezcla de mexicaneidad, ambivalencia ideológica (a ambos nos vale lo que opinen los demás), eclecticismo artístico que vá de lo kisch a lo minimalista, pasando por el neoclásco y el art-decó (o sea… una fonda-new age-restaurant del centro histórico-Samborns-Rainforestcafé-Hardrockcafé-Bennigan’s-Italianni’s-Tony Roma’s [a quienes podríamos hasta demandar por el nombre]).


¿Ves qué fácil? Lo difícil, la creción de los nombres para los platillos del menú… ¡ya lo hiciste! Ahora solo falta seguir estos sencillos pasos para que en poco tiempo puedas ver tu nombre, sí, tu nombre en enormes letras de acrílico adornando las paredes de los ‘Toño’s Garden’ en Beiging, Londres, Paris, Berlín, Chalchicomula de Palma, Apizaco, Santa Ana Chiautempan y anexas.


Animate, tú eres un triunfador en potencia, solo tienes que verte triunfando".

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miércoles, abril 07, 2010

Cerdo a la plancha

O "dos perspectivas diferentes de la visita a un hospital".

Permitanme elaborar.

El sábado pasado, fuimos convocados por mi compadrísimo Armando a celebrar la llegada de sus 40 primaveras.

Pronta y alegremente fuimos llegando al lugar de la cita para disponernos del disfrute de una parrillada (en pleno sábado de gloria -not that I care) y de una variedad de bebidas espirituosas para ayudar a la garganta a resbalar la arrachera, el filete y demás cortes destinados a alimentar a una veintena de amigos, entre los que estábamos los que casi cada miércoles nos reunimos (y me incluyo, aunque soy el más irregular) para el dominó.

Por supuesto que no podía faltar el mismísimo Don Segio Soprano Corleone . Capo di tutti capi y propietario del "anafre" (un mastodónico asador) que fué empleado para dar cuenta de los kilos y kilos de res que conformaron el festín.

El querido Checolín traia carita de niño en día de fiesta, sonreía y aleteaba las pestañotas que Dios y doña Licha le heredaron, su espíritu irradiaba un aura luminosa y de la boca de nuestro muy estimado amigo, salía un sonoro, honesto, sincero y poco pretencioso "!hoy me quiero poner hasta la madre!".

Pero el gusto le duró poco. Muy poco si ustedes me apuran.

 Al poco rato de haber llegado y de servirse la primer bebida, el moreno tono de piel del estimado Serch, cambió a un pálido cenizo. Sudaba frío y la sonrisa desapareció, dejando lugar a una mueca mezcla de incertidumbre, dolor y un leve asomo de miedo.

Con la fortuna que nos acompaña en la vida a este su seguro servidor y amigos que me rodean, ahí, infaltable a la cita se encontraba el doctor Millan y su enorme sabiduría y experiencia médicas. En pocos segundos revisó al capo Soprano-Corleone y con calma, serenidad, y mucha firmeza indicó a Chío:

¡Trépalo a la camioneta y llévatelo al hospital!

La mayoría de los presentes -especialmente las dos pequeñas hijas del susodicho- no nos percatamos de todo el merequetengue que se gestaba en esos momentos, seguíamos departiendo con el festejado y al amigordo solo lo vimos salir llevado por su señora con destino al hospital; mi compadre Robert se quedó al pendiente del teléfono y de las niñas por cualquier novedad. -Quizá el médico lo mande de regreso a su casa y ahí quede la cosa, después les llevamos a las niñas, por ahora que jueguen y se distraigan-, fué en petitte comité lo que se planteó de inicio.

Y pues no.

Las horas pasaron y las noticias eran pocas y no muy alentadoras, aparentemente la situación era delicada, y sí que lo fué.

Al quierido Macuil tuvieron que operarle de emergencia un par de hernias, que de haber seguido así unas horas más hubiesen tenido consecuencias peores.

Nos tranquilizó el hecho -y las palabras del P-Lón Millán- que don Corleone-Soprano estando en el hospital tendría la atención adecuada y óptima, misma que en medio de una pachanga por supuesto que no tendría, bromeaba además con el detalle de haber comentado con Chío previa a la urgente partida al hospital... "Qué bueno que vienes vestida de negro, si este desgraciado se nos pela, ya no te tienes que ir a cambiar".

Nos dió, y nos sigue dando mucha risa, igual que el comentario del bautizado por el mismo Maxil como la "Rata Milpera", el compadre Robert, cuando nos enteramos que la cirugía era inminente. -"Mira nomás" -dijo, "esto de parrillada de carne de res, ya pasó a ser cerdo a plancha".

Entre la chanza y la risa, nos cayó el vente del mensaje que lo sucedido al buen Sergio, nos puede pasar a cualquiera. La mala alimentación, el estrés, el alcohol y las desveladas, pueden ser una ruta a la sala de emergencias para más de uno.

La vida nos ofrece una amplia gama de posibilidades para disfrutarla, pero hasta esa parte -la del disfrute- tiene que hacerse con cierta moderación. Más aún la friega en el trabajo y la aprehensión de la que continuamente somos presa por el estrés, las cargas tanto económocas como emocionales que nuestras labores y la vida diaria nos plantan a la cara.

El lunes 5 por la noche pude ir junto con mis compadrotes al hospital a visitar al Capo di tutti capi.

La palabra "madreado" es poco descriptiva de la imágen que el buen Checo representaba tumbado en el reposet, con tubos saliéndole (y entrándole) literalmente por todos lados, las piernas vendadas como si fuese a jugar fut contra el equipo del barrio más peligroso de Puebla y compresas de gel helado para bajarle la temperatura.

Hicimos lo posible -y creo que lo conseguimos- por hacerlo sentir mejor; lo habían visitado el día previo y ese mismo lunes sus familiares y algunos otros amigos, pero nosotros tomamos la visita al cuarto del hospital como una mala imitación de una reunión en casa, platicando trivialidades y temas ligeros, intentando hacer sentir a nuestro cuate cinco centavos menos fregado. La operación fué maratónica, complicada, tecnicamente exigente (principalmente la malla que le fué colocada como refuerzo en la cavidad abdominal) y para el pobre gordo casi un preludio del purgatorio que dentro de muchos, muchos años tendrá que pasar cuando entregue el equipo y tenga que rendir cuentas al creador.

Un amigo que a la vez es esposo, padre de familia, gente de trabajo -un soberano barbaján en la superficie, pero grande y noble como persona en el fondo- (puede en este caso más el fondo que la forma) fué el espejo en el que pudimos vernos reflejados, la llamada de atención que casi grita "¡aguas, no te toque a tí también" porque además, el mafioso más temido de la Santa María, es algunos añitos más jóven que nosotros.

Afortunadamente todo va bien,esta, su cuarta cirugía, esperamos sea la última.

Y en esas andaba precisamente cuando sonó mi celular pasadas las 9 de la noche. Era mi hermano -lo cual no me extrañó-. Lo que sí puso mis sentidos en alerta fué que la llamada tenía como finalidad avisar que la llegada de mi nueva sobrina -esperada para dentro de tres semanas- se adelantaba para esa misma noche.

¡Ups!

La plática durante la parte final de la visita al buen Sergio sonaba de manera hueca en mi cabeza, de hecho había entrado en tensión desde que mi hermano me avisó, pues los últimos meses del embarazo de mi cuñada habían sido bastante complicados y con un margen muy alto de riesgo.

Mientras sonaban las palabras y las risas, en silencio elevaba una oración porque todo saliera bien con la nena y mi cuñada. Afortunadamente Dios aún me tiene cierta estima (a pesar de que yo por mi lado ya le manifesté mi repudio a su pésimo personal administrativo en la tierra llamado 'iglesia católica' -con sus curitas pederastas y demás linduras-) y un rato después, mi hermana me confirmaba que todo había salido muy bien y que Mía del Carmen ya formaba parte de la humanidad, habiendo llegado a este mundo a las 9:40 de la noche con 2 kilitos y 300 gramos de pura lindura e inocencia.

Tras suspirar aliviado por las buenas noticias, ahora sí la despedida y los buenos deseos al amigo fueron con total conciencia.

Al día siguiente, me dí tiempo de ir al hospital a conocer a mi sobrina. Qué puedo decir yo -que a fín de cuentas soy su tío-. Está hermosa, completita y a pesar de que las facciones de un recién nacido son totalmente cambiantes, le encontré mucho parecido con su hermanito mayor (Mau le lleva únicamente un año con seis días).

Mi cuñada luce muy bien y el médico vislumbra un excelente panorama para ambas.

La visita al hospital en este caso, tuvo un sabor y un color totalmente diferentes. Cambia mucho la perspectiva de acuerdo con la situación, de eso, ni duda cabe.

Mis mejores deseos en la recuperación del buen Sergio, ya pronto repondremos lo que faltó disfrutar en la pachanga del compadre Armando.

Mis mejores deseos también para Erica y la nueva integrante de la familia: Mía del Carmen Flores Canales, quienes les rodeamos, procuraremos que siempre se sientan queridas y cuidadas.

Ahora, veremos de que manera darnos una escapada al hospital. Je!

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lunes, marzo 29, 2010

lunes, marzo 08, 2010

... y puede ponerse peor!!!

O si el 'peje' se raja... también hay plan C.

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... lo que nos faltaba...

En caso de que Peña Nieto se lleve su copete y su 'gaviota' lejos de México, este puede ser el plan B

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martes, marzo 02, 2010

Def Leppard 'Bringin' On The Heartbreak'

Dedicada a quien le quede el saco... los 'terror twins' en su apogeo, 4 años antes de que Steve Clark se fuese al cielo con todo y su Gibson Razor G.

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lunes, marzo 01, 2010

Prisionero

Hace unos días, comencé un pequeño diálogo interno sumido en un trance bastante depresivo. Hoy, sintiéndome muchísimo mejor lo posteo como un ejercicio de erradicación de ese pequeño episodio el cual espero no se repita.

"Prisionero"

Encerrado en un cúmulo de circunstancias en las que no me gustaría haber participado.
Inmerso en un ambiente que detesto y me es repulsivo.
Bloqueado por la incertidumbre y la angustia de ver pasar los días y no encontrar una solución.
Asfixiado por la ausencia de aquellos a quienes más amo y a quienes más amé.
Cegado por la obscuridad que oprime mis ojos sin encontrar un asomo de luz.
Impotente por no tener en mis manos la solución a problemas que a fin de cuentas no son míos, pero que hago propios.
Hastiado de el paso de los minutos con esta sensación de no querer ser ni estar.
Fastidiado por la incompetencia de quienes se creen superiores hasta en el más mínimo aspecto.
Cansado, muy pero muy cansado; mental, física, anímica y emocionalmente.

Mil veces me han dicho que todo tiene solución, que pronto cambiarán las cosas.

¿Cuándo?

Simplemente me siento prisionero purgando una condena en mi propia existencia.

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miércoles, febrero 24, 2010

The Hurt Locker

Esta imagen iba con el post... pero se me fué.

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¡Boom! Estás muerto (y todos a tu alrededor también)

El baúl del dolor: le han buscado cualquier tipo de explicaciones al título original de la obra escrita por Mark Boal y magistralmente dirigida por Kathryn Bigellow.

La más simple que se me ocurre (y he aquí un spoiler) es en referencia al baúl de pertenencias de los caidos en combate que es enviado a Estados Unidos desde el lugar donde la persona -que alguna vez fué soldado- murió. Y esto lo vemos en la película cuando el cuerpo del sargento Thompson (Guy Pierece) y sus tiliches esperan el siguiente C-130 en ruta de Irak a la tierra de Obama y compañía.

Un peliculón hecho y derecho.

Claro que acá en las mágicas tierras aztecas, el macaco (término del que tiene todo el crédito el maese Ruy) que titula los filmes para su distribución pensó que "Misión Suicida" llevaría a más consumidores ávidos de acción, balazos, sexo y palomitas a las salas de cine... Luis Lumiere se revuelca en su tumba.

Me queda muy claro, desde el momento en que el súper en tipografía blanca sobre el mítico fondo negro queda suspendido con las palabras 'war is drug' que lo que estaba a punto de ver no era solamente la historia de aquellos que forman parte de los EOD (Explosive Ordnance Disposal) del ejército de los Estados Unidos, en este caso, en las amenas y pacíficas tierras iraquíes (perdón por el sarcasmo); sino algo más complejo, diferente y ajeno a aquello que el mal empleado título en castellano nos quiso vender.

Bigellow nos lleva de la mano de una tercia de elementos y la trampa mortal que los rodea. Primero son el ya citado Thompson, Sanborn (Anthony Mackie) y Eldridge (Brian Geraghty) -junto con un robot articulado- quienes nos ponen las cosas en contexto. Estamos en Irak, estamos en una olla de presión con la flama alta, un laberinto de calles terregosas, calor y la posibilidad de ser enviado al más allá mediante un bonito artilugio explosivo hecho en casa.

Eldridge no dispara a tiempo, el bad guy irakí activa el detonador vía celular. Con una cámara que toma no-sé-cuantos-cuadros-por-segundo Bigellow nos regala el primer muerto y la primer cubetada de realidad de esta película con una tensión y una intensidad pasmosa. Ouch, seguro eso debió doler, aunque quizá solo mientras la sinapsis cerebral de Thompson hacía sus últimos contactos. Damos por hecho que era un equipo unido... el sargento técnico en desactivación, el sargento/tirador y el especialista. Uno menos.

Después de la escena donde Sanborn deposita la placa de identificación de Thompson en el ya referido baúl, hace su aparición el sustituto.

El Sargento de Primera Clase William James (Jeremy Renner).

Bienvenido a Irak, bienvenido a la compañía Bravo, bienvenido a los madrazos.

De entrada y como diciendo "para que te entretengas" inmediatamente son asignados a la primer misión: un batallón detectó un cable sospechoso en una intersección, por lo que nuestro recién llegado y sus co-equiperos se desplazan hasta el lugar en cuestión. James -nomás para empezar- decide dejar sin chamba al robot encargado de hacer el reconocimiento a distancia, sin parabrisas a un taxi que decidió ignorar la barricada gringa y sin palabras a la audiencia que mira la película con las palmas de las manos sudorosas... este tipo no solo encuentra la bomba conectada al cable, sino un racimo de cinco más que solo requieren de que otro bad guy iraquí conecte una inocente batería de 9 voltios a unos cables pelones. James gana este round y nos deja en claro una cosa... no le tiene mucho miedo que digamos a la muerte, lo cual no le hace ninguna gracia ni a Sanborn ni a Eldridge.

El campamento americano (Camp Victory, formerly known as Camp Liberty) cuenta con su propio mini-tianguis. Ahí el Sargento James conoce a un insistente chamaco irakí que vende DVDs y se hace llamar Beckham. Este personaje de alguna forma nos muestra que James no está tan vacío como aparenta -de la peor manera posible-.

El llamado del deber llega desde las instalaciones de la ONU en Irak. Un carro sospechoso está estacionado en un lugar donde podría hacer mucho daño si su cargamento fueran varias bombas conectadas entre sí... y adivinen qué... pues sí, un fallido intento por detonar el auto con un balazo, forza a James a extinguir las llamas que devoran al sedán para intentar desarmar los explosivos. Sin traje especial ('si me ha de llevar el carajo, por lo menos que me lleve cómodo' -piensa James-) y con Sanborn y Eldridge bajo una fuerte carga de tensión amplificada por un mirón con videocámara y un grupo de sospechosos enclavados en una torre de la mezquita cercana al lugar, James después de un rato y de quitarse el radio-comunicador por la insistencia de Sanborn para dejar que los ingenieros de demolición se hagan cargo. La negativa de James lleva un mensaje implícito... déjenme hacer mi chamba en paz... si me lleva el diablo... que me lleve.

Misión cumplida y un autoritario puñetazo por parte de Sanborn después (así nomás como para poner las cosas en claro) nuestro trío se encuentra detonando material explosivo en el desierto. Eldridge y Sanborn se imaginan a James hecho chicharrón -'estos detonadores se activan accidentalmente'-. Nah, no son tan kool-aids, la razón no cede a la tentación (y a la película aún le falta un buen tramo) por lo que no es momento de quitarse al elemento riesgoso de encima; pero sí de encontrarse con un grupo de mercenarios que traé a dos de los elementos de la infame "baraja" que en época de búsqueda de los más cercanos colaboradores de Sadaam Hussein se tenía como parámetro. A la camioneta de los mercenarios se le ponchó una llanta y quedan junto con nuestro equipo de desactivación a merced de unos francotiradores apostados a cientos de metros de distancia. Diezmados, asoleados, sedientos y cansados, aguantan hasta que cae el último irakí y de paso Eldridge se saca un poco del peso que carga con la muerte de Thompson al eliminar a otro francotirador escondido entre chivos.

La directora realmente hace una extraordinaria labor. Igualmente el cinematógrafo Barry Ackroyd con la notabilísima edición de Chris Innis y Bob Murawsky nos hacen sentir segundo a segundo la tensión dentro del filme y la que los personajes pueden estar sintiendo.

La historia avanza y nuestro equipo de especialistas se encuentra en una bodega llena de explosivos y componentes para armar bombas, incluyendo el cadáver de un chamaco iraquí de unos doce años (remember Beckham?) relleno de explosivos, lo que provoca que venga un cambio de planes. Igualmente el psicólogo del batallón -quien de última decide acompañar al grupo para observar si hay algún progreso en la recuperación de Eldridge- ve abruptamente cambiados y eliminados todos sus planes a futuro, sobra decir que lo único que quedó de él fué el casco.

James quiere quitarse la duda de la cabeza y a punta de pistola se lleva al dueño del puestecillo donde vendía Beckham los DVDs exigiéndole le muestre la casa del muchacho. Simplemente es el lugar equivocado -la casa de un profesor que creé que la CIA lo ha elegido como espía-, cosa que compromete la integridad del Sargento. Habrá que regresar "a pata" hasta el campamento atravesando media ciudad... un gringo haciendo esto en plena noche es un auténtico suicidio... pero al final no pasa nada; lo que sí es que por aquí regresó James al campamento e inmediatamente se les requiere en el sitio de una detonación, donde un camión cargado de explosivos ha dejado un cráter y varios civiles muertos y mutilados.

El equipo más a fuerza que por convicción propia sigue a James hasta encontrar a los responsables del bombazo. Caso resuelto -con su respectivo daño colateral-. A Eldridge me lo dejan con un fémur fracturado en 9 partes y su boleto de regreso a casa garantizado. Sanborn se quiebra; sí, los soldados son seres humanos, pero también hay seres humanos que nacieron para ser soldados y en una auto-confesión que más que plática con su bebé estando ya en casa por parte de James, nos damos cuenta que lo que acaba de decir es verdad, por lo menos para este personaje... a estas alturas del partido -y a diferencia del bebé que mientras más cosas conoce, más las ama- el sargento de primera clase William James solo ama una cosa: ponerse en la línea de riesgo.

Nominada en los Golden Globes, premiada en los BAFTA y con 9 nominaciones al Oscar® esta película es un auténtico must, hay que verla con la mente abierta, no es Rambo ni cosa que se le parezca, ni porque la directora haya estado casada con James Cameron esto sea una copia de estilo (nada más lejos de la realidad). Vale la pena por sí misma.

Y mucho.

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