jueves, julio 05, 2012

Duele Madurar

Ya se encuentra muy cerca la comida del 25 aniversario de mi generación de preparatoria.

25 años, se dice fácil y rápido.

Pero no lo es.

La época de la preparatoria es la que yo considero una de las más felices de mi vida en muchos aspectos. Juventud, sueños, el mundo y la vida por delante.

Duró muy poco, solo dos años. Mi generación fué la última bajo ese esquema y cada quien tomó rumbos y caminos diferentes.

A partir de ahí, en el caso de este quien escribe, el camino cuesta arriba en el tránsito de la vida me ha obligado a dar desde pasitos cortos y titubeantes, hasta saltos cuánticos y arriesgados en muchas direcciones, las circunstancias no siempre son favorecedoras y los sueños en muchos de los casos son simplemente eso.

Tengo muy altas las espectativas sobre la reunión del próximo 7 de julio, hace 5 años que nos reunimos, pudimos acudir al rededor de 70 ex compañeros de un total de 120 que formamos la generación '85-'87, ahora con el desarrollo de las redes sociales y la relativa facilidad de contactarnos espero lleguemos a los 100, pero aún si solo vamos unos cuantos sé que valdrá la pena.

Entre ese verano del '87 y el día de hoy hay una distancia mayúscula, hay una cantidad de tiempo tremenda y he vivido 25 años de experiencias que en resumen y en retrospectiva, me ubican como la misma persona en escencia, pero transformado en el fondo por todos los acontecimientos (buenos y malos) que han transcurrido durante este lapso.

Ya no soy físicamente el mismo, ya no soy emocionalmente el mismo, ya no soy intelectualmente el mismo... pero al mismo tiempo sí lo soy.

Del grupo de amigos, los 'Wilburs' de aquellos años tengo la dicha de seguir en contacto con varios, del total de compañeros ocasionalmente he coincidido con alguno o alguna -y en más de una oportunidad con la duda sobre si habré recordado correctamente su nombre. He pasado por dos matrimonios y dos divorcios, tres hermosos hijos, la muerte de mi padre, multiples cambios de domicilio y empleo (y hasta de entidad federativa), he conocido muchisima gente, he olvidado a otro tanto, he viajado, enfermado, sanado, amado, odiado, y un largo etcétera de circunstancias, pero en el fondo -muy en el fondo, he madurado.

Duele madurar, es parte del proceso de la vida, pero de no hacerlo tampoco valdría la pena celebrar que hace 25 años disfrutaba de un nivel de inmadurez e inexperiencia que hoy recuerdo con nostalgia. Duele madurar, duele dejar atrás una etapa (o muchas) donde la vida era diferente, donde la perspectiva era tan alta y tan amplia que no cabía en ningún mapa.

'Blood on blood' de Bon Jovi cuenta la historia de un grupo de amigos, y le encuentro mucha similitud con la historia de cualquiera de nosotros, a la vuelta de la esquina la vida nos convierte en abogados, médicos... pero en el fondo seguimos siendo nosotros mismos.

Espero con ansias el sábado 7.

M.F.

Posted via email from Marco's posterous

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