miércoles, mayo 26, 2010

Se nos fué


Uno de los grandes, quizá el más grande monero en formato de historieta que ha dado nuestro país.

Gabriel Vargas, creador de "La Familia Burrón" es ya inmortal.

Le sobreviven, aunque dejó de publicarlos en el 2009:

Borola Tacuche de Burrón
Regino Burrón
Fóforo Cantarranas (hijo adoptivo)
Regino Jr. (mejor conocido como "El Tejocote")
Macuca Burrón Tacuche
El fiel "Wilson" la mascota

Cristeta, Boba Licona, Ruperto, Bella Bellota, Robertino, Lucila Ballenato, Don Quirino, Susano Cantarranas, La Divina Chuy, "El Tractor", Doña Gamucita y su labregón hijo Avelino Pilongano, Alubia Salpicón, Kakiko Kukufate.. y muchos muchos más.

Quizá el novenario se lleve a cabo el "El Rizo de Oro" la peluquería de Regino o en el "Callejón del Cuajo número chorrocientos chochenta y chocho" humilde casa de los Burrón.

Descanse en paz, Maestro.

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domingo, mayo 23, 2010

Heart - Alone (en vivo)

Aunque la interpretación es excelente, el video es tan malo que parece que lo grabaron con celular... aunque en 1990 no había tal cosa. El solo de Howard Leese es prácticamente igual al del disco, pero el tipo no reflejaba emoción alguna al tocar.

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viernes, mayo 14, 2010

What About Love

Ah, esos 80's powerballadescos! La era estrafalaria de Ann y Nancy Wilson en el apogeo de Heart.

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jueves, mayo 13, 2010

lunes, mayo 10, 2010

Día de Mamá

A mi madre, a mi cuñada, a mis tías, a mis primas, a mis amigas, mis ex-esposas y demás mujeres que se han hecho presentes en mi vida, y tenido la bendición de ser madres, les dedico esta sentida interpretación del mismísimo Animal:
The Muppets - Mama (Bohemian Rhapsody )

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miércoles, mayo 05, 2010

Mi mero mole


Mis tres o cuatro lectores, me conocen lo suficiente para no entrar mucho en detalles, pero habrá algún incauto por ahí que por azares del destino, una mala broma de la red, o una búsqueda mal direccionada por Google venga a caer a este rincon del cíber espacio, así que pondré un poco las cosas en perspectiva...

Tras dos incursiones fallidas en el terreno de la vida matrimonial, actualmente vivo en un limbo legal de tecnicismos, o sea, estoy casado, pero vivo separado de mi última esposa, con la que me casé tiempo después de haberme divorciado por primera vez, aunque en la práctica todavía no hay una segunda vez, puesto que hasta que un juez no lo dictamine y tenga la sentencia firmada y sellada en mis sacrosantas manos... pues no estoy divorciado, por lo que técnicamente no soy una persona soltera, aunque en la práctica vivo como tal.

¿Se entiende?

¿No?

No hay tos... a fin de cuentas el meollo del asunto es otro, solo quiero poner en contexto la premisa de que los ultimos meses me he visto obligado a vivir solo.

Tiene su encanto, eso que ni qué. Tener un espacio vital para tí mismo y tus ideas, pensamientos, palabras, obras y omisiones es la neta... pero hay pequeños detalles logísticos que hacen toda una experiencia el diario trajinar por esta vida, principalmente a lo que a la alimentación se refiere.

Desde mi pre-adolescencia tuve que aprender a valerme por mi mismo en términos de la preparación del desayuno. Fué una suerte de acuerdo tácito entre mi madre y yo; siendo yo el mayor de tres hijos, la única manera en que podía ayudar a mi madre con la agobiante tarea de preparar a los otros dos críos para llevarlos a la escuela era atenderme yo solo a la hora de desayunar y prepararme el lunch. Así entre quemaduras de aceite y tostadora de pan, aprendí a prepararme mis huevos revueltos o estrellados (los primeros 3,748 fueron con la yema reventada, por lo que regresaron a la modalidad de revueltos) a hacerme licuados cuya base principal era leche helada (previamente hervida of course) proveniente de las remotas tierras de Chipilo... sí, ya sé, Chipilo está 'a tiro de piedra' de Puebla, pero eso de "remotas tierras" le añade exotismo a la narración...¿ya me estoy desviando otra vez? ah, perdón, continúo.

La base principal -como previamente lo mencioné, y luego me desvié- era leche helada y azúcar... los ingredientes complementarios podían ser frutas (los clásicos plátanos o mangos) chocolate, huevos, cereal, mermelada (el ataque del shock de azucar posterior a una bomba consistente en leche, azucar y fruta conservada en... azucar es terrible... llegas todo hypeado a la escuela y una hora más tarde te estás jeteando) En ocasiones ponía unas gotas de colorante vegetal en la licuadora con tonos verdes, azules, naranjas, violetas, you name it... los resultados a veces eran repulsivos a la vista, pero deliciosos en sabor... otras eran dignos de ser parte de la colección del Guggenheim o una obra de Pollock... atrayentes a la vista pero a la hora de probarlos... la combinación de papaya con cajeta y Corn Pops pintados de amarillo número 4 no era precisamente digerible.

Hot cakes mutantes (casi nunca me quedaban redondos en esos primeros intentos) french-toast que en sus versiones "beta" quedaban doraditos por fuera y más crudos que mis amigos en domingo por dentro, cualquier versión de pan tostado untado con cualquier cosa que fuese untable/comestible ya fuese en versión salado, dulce o intermedio; me sabía de memoria hasta la última frase en tipografía de 5 puntos de las cajas del cereal (Fruti-Lupis, Honey Smacks, Zucaritas), bebí litros y litros de jugo rehidratado de concentrado Florida-7 (más por flojera que por otra cosa, sabía horrible) conocí todas y cada una de las variedades de yogurt de la extinta marca Chambourcy, de hecho, fuimos una suerte de conejillos de indias para ellos, ya que al ser de los clientes más importantes de mi padre en ese entonces, le enviaban cajas y cajas de yogurt de nuevos sabores (recuerdo uno delicioso de mamey, uno dos-que-tres de guayaba, uno buenísimo que sí se quedó de pera, y la nefastez del yogurt sabor limón... era un híbrido de Tang con lácteo...puaj!) muchos nunca vieron la luz.

Para el lunch realmente nunca pasaba de la clásica torta a la "Chavo del 8" o sándwich de dos a tres niveles que normalmente era aplastado dentro de la mochila o la carpeta Trapper Keeper durante la prepa, honestamente prefería recurrir a la explotación del bolsillo de mi papá y adquirir en la cafetería de la escuela la sagrada torta de mole acompañada de un vasito de Pepsi, that was just about it.

La etapa de la especialización culinaria vino después, cuando al no querer asistir a los compromisos en familia prefería quedarme en casa. Los dichosos compromisos generalmente se llevaban a cabo en fin de semana y en las vecinas tierras de Tlaxcala, que eran el dominio profesional de mi papá, así que cuando no era totalmente obligatorio cumplir con el protocolo y llegar con la familia completa, era excentado de tal deber y me quedaba en la santidad de mis dominios.

Pobre cocina.

Lo lógico... o quizá lo práctico para un adolescente, pues es recurrir a comprar algo lo suficientemente comestible e ingerirlo cuando el estómago reclamase ser repostado (algo así como cuando el tóner de la impresora exige ser rellenado o cambiado); pero hete aquí que este, su seguro servidor, pues no tenía a su alrededor a las grandes cadenas de comida rápida o fastfood de hoy, la era de los Mc's, los Kings, los Bell's, los Hutt's y demás no había sentado sus reales en esta sacrosanta ciudad; básicamente lo más cercano que tenía era el área de comidas de un Aurrerá (hoy WalMart) y de lo mejorcito era solamente la torta cubana.

Mis pininos en la elaboración de algo comestible para los sábados o domingos por la tarde en que podía quedarme a mis anchas en la casa (como ahora) solía ser la repetición de la variedad del desayuno ensayado con anterioridad, pero cualquier ser humano que se precie de serlo corre el riesgo de aburrirse o de elevar exponencialmente sus niveles de colesterol y la masa corporal (yo padecí mucho de cierta obesidad entre los diez y los trece años) así que la comida tenía que ser diferente.

Las primeras confecciones consistieron en revolver atún con frijoles de la olla y salsa para tacos árabes, acompañado de medio paquete de pan blanco, una auténtica delicia. La pizza de tortillas de harina, con salsa para espagueti, jamón y queso era un must, aunque 8 de cada 10 quedaban quemadas por debajo en el infructuoso intento de lograr que todos los toppings se calentasen en un comal.

El arróz, ah, el arróz. Mi mamá nunca supo lo que su retoño podía combinar con la base del arróz (previamente limpio de todo rastro de chícharos, esos, pero ni en pintura). Casi todo el contenido del refrigerador era combinable con el arróz, comenzando por las carnes frías y embutidos, luego, aprendí a cocer pollo y a dominar el arte del asado de las chuletas ahumadas. Pronto el simple y humilde arróz se convirtió en un elaborado Yakimeshi -o como solía decir mi ex "paella japonesa" con la colaboración de todas las botellitas de salsas y condimentos de la alacena.

Conforme la práctica y el dominio de los trastos en la cocina se fueron haciendo más sencillos, pude aventurarme a incorporar algunas mezclas que involucraban ya tres o cuatro técnicas diferentes, entre ellas la de hornear (en el horno de gas) algunas cosas, con lo que siempre tenía a la mano el teléfono de bomberos (uno nunca sabe); poder emplear la licuadora sin crear un géiser de caldo de pollo hirviente (sí, me ocurrió una vez) y llevar a la perfección el rebanado de vegetales sin tener que retirar las yemas de mis dedos o rastros de sangre de cualquier preparación.

Los bocadillos que involucraban pan (tortas, sándwiches, baguettes, etc.) eran cada vez mejor logrados y su tamaño podía servir para alimentar a una pequeña familia, sin embargo invariablemente el destino de una torre de pan con prácticamente todo lo rellenable de la pirámide alimenticia (eludiendo el pescado, eso sí nunca ha sido afín para mi, el matrimonio pan-pescado simplemente no existe) era mi aparato digestivo y el ocasional cuate que andaba por mis rumbos el fin de semana.

La llegada de las sopas instantáneas de sobre fué para mi todo un hallazgo, las Maruchan y sus similares nunca me han gustado, pero la versión de Knorr, Campbell's y anexas en polvos o pastas rehidratables funcionan perfecto.

La práctica de preparar mis propias recetas de pasta ha sido fructífera, ya puedo disfrutar de casi cualquier versión a un perfecto dente, sin que resulte chiclosa, gomosa e incomible (¡¡saludos ex esposas!! ji-ji-ji) mezcladas con salsas, vegetales y otros ingredientes.

Creo que básicamente la cocina me ha servido como una suerte de distracción al medio día. Una persona que conozco y con la que recientemente compartí el pan y la sal... ejem... en restaurant, me abrió los ojos a una realidad que inconscientemente he intentado evitar manteniendo la mente ocupada en la preparación de lo que como o bebo... la soledad.

16 años de mi vida los había vivido en familia... 8 con la primera, 8 con la segunda, tuve un período de soledad en una ciudad distinta a esta por cuestiones de trabajo durante 2 años... pero la idea de que la familia estaba ahí, hacía llevadero el trance, ahora es muy distinto.

Mi mero mole, es lidear con la soledad, con los momentos en que me doy cuenta que estoy en una jaula de oro de 4 paredes en donde no hay más respuesta a mis palabras que el eco de las habitaciones que ahora están vacías, al igual que cierto sector de mi corazón y mi alma.

En el trabajo, cuando estoy con mis amigos, durante los breves periodos de tiempo en que mi madre viene a la casa... esos son los pocos ratos donde olvido mi condición de chef de mi mismo bajo las circunstancias en las que vivo.

Mi sentido del humor ya se despostilló un poco, pero hay gente que incondicionalmente me resana los abollones con sus palabras y compañía.

No sé, estoy ya en la idea de que para mi no habrá aquello de "la tercera es la vencida"... mientras tanto yo sigo llegando a casa a medio día a enfrentarme con un híbrido de laboratorio y cocina, donde seguramente Gordon Ramsay, Bobby Flay, o el mismísimo Anthony Bourdain me mentarían la madre de ver la forma en que des honro el sagrado recinto del fogón y la marmita. Me daría mucha risa verles la jeta, pero me daría más gusto que probasen algo de lo que prepare... y pongan cara de ...what the fuck? This is good!

Hoy el menú consistió en chilaquiles verdes con pollo sazonado con recuerdos.

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sábado, mayo 01, 2010

Segundo auto-upload

Mi segundo auto-upload. Con 95% más efectos y defectos. No contiene vitaminas, minerales ni conservadores. Dedicado al compadre Robert y su odio hacia Bon Jovi.

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