lunes, julio 16, 2007

Querétaro

"Todo pasa y todo queda
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo camino,
camino sobre la mar"
Serrat



Este fín de semana tuve el honor de asistir en calidad de agregado cultural, a una reunión a la que la mamá de Mrs. Wilbur (es decir mi suegra) fué convocada por sus hermanos en la Colonial e Histórica capital del estado de Querétaro.

No voy a adentrarme en detalles, pues no me corresponde hacerlo, pero esta reunión, en el caso de mi suegra, significaba reunirse con todos sus hermanos por primera vez... después de 28 años, toda una vida.

Sí, es mucho, pero mucho tiempo para dejar de verse, escucharse y compartir la vida, con los seres más cercanos que podemos tener, pero cada quien en su propia vida, escribe su propia historia. Y la historia de este reencuentro tiene 28 años de escribirse.

Suele suceder que en cada familia exista algún evento que afecte a todos sus miembros, al grado inclusive de desintegrar al núcleo familiar y separar a todos los integrantes. Por lo que yo sé -o me han contado- en el caso de la familia de mi suegra, fué ella la que quedó al márgen de los demás. No juzgo, no opino, simplemente es lo poco que sé.

Pero la espectativa ya estaba crecida desde hacía unas semanas y al no haber plazo que no se venza, la fecha llegó y previa planeación, nos pudimos lanzar con mis compadres a la aventura de saber qué resultaría de la reunión.

Desde Puebla, el camino a Querétaro ciertamente es largo, hay que pasar -o rodear- la ciudad de México, por lo que para mantener a mi enano quieto había que ser creativo, o en el mejor de los casos, rezar para que Morfeo lo tomara en sus brazos, por lo que en determinado momento tuve que hacer uso de creatividad, resultando esto:




Ya llegados a Querétaro, más tarde de lo previsto, nos instalamos en el hotel (muy recomendable por cierto, de nombre Mercury), nos cambiamos de ropa y esperamos que amablemente vinieran por nosotros para guiarnos en el camino a la casa de la hermana menor de mi suegra, donde se llevaría a cabo la reunión.

Que ciudad tan limpia y bella es Querétaro, aunque el trayecto no tomó más de 10 minutos del hotel a la casa, pude darme cuenta que aún siendo una ciudad considerablemente grande, no pierde las cualidades que como ciudad colonial, la han convertido en patrimonio histórico y cultural de nuestro México (a ver si tomas nota mi querido Dóger... y te aplicas con Puebla).

Resultó auténticamente emocionante, con nudo en la garganta y "ojo Remy" de por medio, ver de cerca este reencuentro.

Los gringos le llaman "feud", para nosotros no hay un término que defina un pleito de famila llevado a sus últimas consecuencias. Pero lo que quiera que haya activado u originado el "feud" de estas personas, quedó automáticamente enterrado en el olvido con el primer abrazo, con la primera lágrima, con la primer palabra.

De ahí en adelante todo fué pachanga y alegría, ciertamente todos eran para mí (e incluso algunos para Mrs. Wilbur) desconocidos -obvio que a mi compadre Ariel también le resultasen ajenos- pero nos hicieron sentir realmente a gusto. Olvidamos incluso que en esos momentos se desarrollaba la búsqueda por el tercer lugar en la Copa América (que mención aparte... yo soy de la idea, que si no eres el primer lugar o el vencedor, simplemente eres parte del montón de perdedores, pero esa es otra historia). La bebida fluyó a buen paso -y con moderación- y la comida, estuvo excelente -aunque por razones de logística (cuidar al enano) había que darle preferencia a él y hacerle un rato al fakir, pero lo que pude probar, realmente estuvo bueno.

El objetivo se cumplió, y a mi suegra la ví contenta, decidió que ya era momento de despedirse -a muy buena hora-, ya que realmente el viaje fué cansado.
Me había imaginado una muy romántica noche queretana... pero entre el ajetreo, las emociones y que compartimos la habitación con el enano y mi suegra... pues nomás -como dijera el buen Bolillo- no hubo nada.
El domingo -como todos los domingos míos- comenzó por enésima vez más temprano de lo necesario ya que al tener al enano justo junto a mí, pues estaba en "corto" que solo al abrir los ojitos ya tendría su tradicional y políticamente incorrecta solicitud de leche. Mrs. Wilbur, previsora como es, llevó una buena dotación de cuanta cosa pudiese ofrecerse para el enano, con lo que a la mano estuvo un Ades con chocolate que sirvió perfecto.
Buen desayuno en el hotel (me permito insistir en recomendarlo... Mercury) y después de empacar, nos dirigimos a "turistear" un rato por el centro de Querétaro.
Muy cuidado, muy limpio, gente de todos lados confluyendo en sitios históricos y preservados. Atmósfera de romance con un toque de inevitable modernidad. La hora del cafecito de medio día llegó, y tuve que quedarme un rato con el enano jugando a medio parquecito, con un muy buen fondo musical, aire limpio y sol a gusto.
Casonas de hace más de tres siglos, historias encerradas en muros, balcones y ventanas. Espero regresar pronto, pues faltó -como casi en todo- tiempo (y piernas para caminar más). La belleza del entorno competía con los rostros femeninos de diferentes procedencias. Mucho del encanto que tienen las ciudades coloniales radica en su propia gente, que realmente con la que me tocó interactuar, fué amable, educada y ágil en cuanto a servicio.
Nos metimos a explorar uno o dos recovecos, de hecho uno de ellos -un restaurant- llamó mucho nuestra atención al estar enclavado en una casona de bella hechura, con un traspatio perfectamente conservado. Olvidé el nombre, pero si regreso seguro lo ubico.
El regreso fué largo y tranquilo, cansado (mi suegra, Mrs Wilbur, el enano y su seguro servilleta en la parte de atrás del Passat no es precisamente muy holgado), pero a fín de cuentas con una agradable experiencia por lo vivido en el fín de semana.
Me faltaron cosas por hacer, espero que haya la oportunidad de hacerlas en el futuro. Busqué en el directorio, pero es obvio que 20 años después los apellidos cambian. Hubiese ido más allá de simplemente entregar mi tarjeta, ahora habrá que hacerle al detective.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no manches se ve que queretaro esta chido, algun dia espero ir por ahi y pasear y conocer.... gracias por las fotos y el tour

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