a wilbur, un blog sin pretensiones: Diciembre

Pues en realidad no nos esperamos a que comenzara diciembre... ¿para qué?

La fiesta arrancó el 30 de noviembre con nuestra salida a comer que se prolongó varias horas, los tres alegres compadres nos salimos del guión, del trabajo y de -por qué no decirlo- mini parranda.

Hete aquí que la ecuación comida/tragos + plática -stress = buen rato... excedió nuestras espectativas... y el tiempo razonable, pues cuando nos dimos cuenta ya era más tarde de lo planeado.

Por cierto, durante la tarde creo que fácil habremos escuchado la frase "¿algo más?" unas 500 veces por la asistente de nuestra mandil -quien curiosamente, cada vez se pone mejor- ya que cada ocasión que pasaba por nuestra mesa y levantaba aunque fuese una servilleta, esgrimía la frase de rigor "¿algo más?" aunque tuvieramos el bocado completo en la boca, el vaso empinado a medio trago o soltando la carcajada y cualquiera de estas situaciones nos impidiese contestar; la asistente de Oliva simplemente repetía lacónicamente "¿algo más?" casi como un loro repite una palabrota enseñada a base de baños de alcohol y vueltas en una canasta tapada, como lo hacían las abuelas. Por ahí de la tercera o cuarta hora le cambió a "¿todo bien?" no sé si por darse cuenta del millar de repeticiones de la anterior o por que ya nos estabamos saliendo del huacal.

Oliva nos presumió su curso de capacitación con la gente de Bacardí, se le convenció de que preparara un mojito (uno para cada quien) y preparó exactamente UNO, que tuvimos que compartir... y estuvo mejor así, que solo hiciera uno, pues a pesar del esfuerzo, los eternos minutos que le llevó hacerlo y su mejor sonrisa... el resultado fué francamente reprobatorio. Ella sí aprueba -chance y hasta con mención honorífica- en otros rubros.

Con la consigna de esperar a saber si cierta incursión del Sr. Sánchez era exitosa, don Robert y su seguro servilleta nos enfilamos al Relax (chingau... ya se nos está haciendo costumbre) donde ciertamente había pocos parroquianos y por ser lúnes se notaba la ausencia del patrón (imagino es el día en que descansa).

Con más ganas que tino, nos jugamos unas rondas de billar y nos tomamos unas partidas extra de Bachardeaux le Blanc ... o ¿era al revés?... pues para lo que ya traiamos entre pecho y espalda -más allá de la media estocada- como que ya llevábamos un buen rato con el espíritu de Baco clavado en el cerebro.

Cansados del trajín de un lúnes fuera de lo normal -además de que yo no descansé el fín de semana por cuestiones especiales del trabajo, llámese inventario- decidimos romper la taza filosofal y caer ahora en los brazos de morfeo para enfrentar un diciembre que puede resultar ciertamente interesante y fiestero.

De entrada mi mini clón cumple gracias a Dios un añote más de vida para acumular la estratosférica edad de cinco diciembres haciéndonos a quienes le adoramos los más felices del planeta.

El 12 se cocina la incursión a tierras jarochas para el festejo bolillesco y la trasnochada porteña que salió de botepronto, creación de la mente e imaginación del compadre Armando, y que ha sido recibida con beneplácito por la comunidad en vías de soltería (es decir yo) y borrachos que nos acompañan, ojalá -que como dice la canción de José Alfredo Jiménez- nos vaya bonito, que se acaben nuestras penas y que sea una grata experiencia.

Sorry fuckin' Tigers, les salió lo poblanotes en la fiesta del buen Robert y honestamente me cayeron gordos los comentarios posteriores, así que con la pena, la fecha de la reunión coincide con la aventura veracruzana y ya será pa'l año que entra y cuando les caiga el veinte que el plan siempre es en buena onda, merry fuckin' christmas and a happy new year, motherfuckers!!!.

Para el 18 se espera la celebración VIP de la empresa con el patrocinio de algunos proveedores y hasta el momento se supone que será en casa de alguien de por acá; pero viendo el posible número de participantes y las dimensiones en términos de qué tan fuerte pueda ser el consumo per cápita de lo que se ofrezca, pues creo más conveniente cambiar el lugar, no sea que acabe en desastre y quien amablemente ponga la casa tenga que cargar también con el costo de los platos rotos... y sabemos que lo de platos se traduce en la vajilla completa, sala, comedor, cocina, baño y lo que resulte.

Las aguas siguen turbulentas e ignoro -fuera de lo ya comentado- qué depare el destino para estas fiestas decembrinas en términos de la ya casi imperceptible familia que me rodea, todo ha sido un caos que vá de mal en peor cayendo en espiral y diluyéndose en la nada, duele, mucho, pero es la realidad que tengo que afrontar.

Solo espero darle a mis herederos por lo menos algo de alegría, pues ellos saben que son el motor que me mantiene vivo y andando, aunque por momentos no sepa por dónde voy y a hasta dónde he de llegar.

Diciembre apenas empieza, pero las reflexiones a veces llegan antes (al igual que la pachanga) así que estimados míos, déjenme adelantarles un abrazo, esperando que este no sea mi único post del mes y que como el año venidero, tenga aún buenas nuevas que comunicarles, al menos, eso espero.

Yo.