El rey ha muerto. ¡Que viva el rey!

Nunca fuí fan de Michael Jackson, pero es innegable el legado y la influencia que su música y presencia le dejaron a mi generación.

Thriller, el álbum más vendido en la historia y sus 7 sencillos que rompieron todos los récords, formó parte del soundtrack de mi adolescencia.

Billy Jean, Beat It... sonaban en todas las fiestas desde la secundaria y hasta la prepa, Thriller era la rola obligada casi cada media hora en las fiestas de Halloween.



Jackson no podrá descansar en paz, o por lo menos la duda sobre su inocencia en los casos de abuso a menores, que con todo y los millones de dólares gastados con los que se ganaron los juicios, no podrán hacerse válidos ahora que lo están juzgando en el más allá.

Si en realidad murió (recuerden que se casó con la hija de Elvis Presley, personaje del cual se dice fingió su muerte y es una de las leyendas urbanas más conocidas), entonces una parte de la historia de la música muere con él.

Era una auténtica aberración, pero el talento y sus mejores épocas -allá en los 80's- se quedan como legado.

Michael Jackson, el llamado rey del pop. No cualquiera nace negro y muere descolorido.