Así de abandonado dejé el blog por tantos meses, pero creo que hoy en día -por un consciente ejercicio de salud mental- me conviene retomarlo, así que aunque sin terminar, lo posteo.
Tengo una manía heredada por mi apá que consiste en hacer "channel surfing" (cambiarle de canal rápidamente a la tele con el control remoto) cada vez que en medio de algo que estoy viendo y resulta más o menos interesante o entran los comerciales o pierdo el interés -las más de las veces-.
En esas artes de "barajearle" a la programación del cable de esta H. y H. (heróica y hermosa) ciudad la oferta en el servicio básico con el que contamos en casa de ustedes... pues no es tan escasa, pero a la hora en que puedo apoderarme del control, es decir, después de que mi mini-clón dejó de ver Jetix, Discovery Kids o Disney Channel, y su mamá lo lleva a dormir, restando todos los canales que ofrecen noticieros, la oferta de algo digno de tener la tele encendida se reduce drásticamente.
Sin embargo hay ocasiones en que parafraseando al Chavo del Ocho, te encuentras "sin querer queriendo" con algo que primero genera cierta curiosidad, y posteriormente te engancha - perdonen la mala comparación- como la lectura de un buen libro.
Así es el caso de un par de series colombianas transmitidas por Unicable, "Sin Tetas no hay Paraiso" y "El Cártel de los Sapos".
Con más voluntad que técnica, con mucha enjundia y ganas de hacer un buen producto Canal Caracol (la tv productora colombiana) apostó por temas controvertidos, pero desgarradoramente reales, actuales y provocativos.
En el primer caso, "Sin Tetas..." está basada en la obra homónima de Gustavo Bolívar, en la cual se narran las desventuras de "Catalina" (interpretada por la actriz Adelaida Puerta) una chava que haciendo una curiosa analogía entre el tamaño de los senos y el grado de éxito en la vida de las demás mujeres, ingenuamente cae dentro de una rad repleta de malas intenciones y de personajes siniestros. Envuelta en un mundo (obviado desde el inicio de la trama, el narcotráfico colombiano) al que debido a sus errores y ambición mal entendida le lleva en una espiral que si bien al principio deslumbra a "Catalina", posteriormente y de manera alarmante, desciende y cambia por completo la vida de este personaje.
No quiero "quemar" la trama de lo que ya he visto con spoilers, pero sí quiero hacer patente mi sorpresa de encontrarme con una historia bien contada, no mal actuada y que les puede llegar a gustar. Acompañando al personaje de "Catalina", el resto de los integrantes del elenco, que si bien está retacado de clichés y lugares comunes, dan vida y sabor a una historia en la que si bien, casi hay que emplear subtítulos para comprender los diálogos (con ese acento tan particular del colombiano) y el lenguaje o slang usado por el mundo del narco, podemos claramente identificar patrones de conducta y situaciones que en México son igualmente factibles. "Yesica", la amiga/madrota/confidente/ de "Catalina", "Marcial" el narcotraficante que literalmente compra a la protagonista, la madre de esta, el exnovio... personajes que con diferente magnitud y fuerza redondean la idea y que -por lo que se dice actualmente- se está preparando la versión mexicana adaptandola a nuestra propia y no tan diferente cultura
