martes, agosto 03, 2010

Soy despreciable.

Gru.

Unisílabo, simple y sencillo.

Ese es el nombre del personaje principal de "Mi Villano Favorito" ("Despicable Me").

Siniestro, feo y malo... muy malo; más malo que la carne de puerco en vigilia -dirían por ahí, pero divertido a más no poder.

Después de haber estado encerrado en la empresa donde trabajo, prácticamente hasta la media noche del sábado y ya entrada la tarde del domingo debido al inventario semestral, yo no tenía ganas más que de llegar a casa, recostarme y dejar que Morfeo hiciese de las suyas atrapándome en sus míticos brazos hasta el día siguiente, pero el extrañar tanto a mi mini clón hizo que me cosquilleara el dedo índice de la mano derecha y rápidamente tecleara en el BlackBerry el número del celular de la mamá del susodicho para intentar averiguar su paradero.

Me llevé la grata sorpresa de que andaban por el rumbo de Angelópolis y que no me tomaría más de 10 minutos llegar al encuentro de mi pequeño, así que raudo y veloz -aún con el cansancio a cuestas, me dirigí al centro comercial.

Tuvimos así la oportunidad de convivir un rato y de que -a sugerencia de mi enano, fuéramos al cine pues en términos simples la película "nos latía" a los dos.

Una historia donde el protagonista es el arquetipo de un villano es poco común, y una tan divertida como lo es "Mi Villano..." es aún menos común, pero tan entretenida y bien lograda que logró hacernos reir literalmente de principio a fin.

La historia es simple, Gru tiene que conseguir un préstamo del "Banco de los Villanos" para financiar el robo más espectacular jamás visto por el hombre, pero para poder garantizar el éxito de la operación (tanto la financiera como la del hurto en sí) primero tiene que sustraer una sofisticada arma reductora desarrollada por un pais asiático.

Con lo que nuestro suigéneris protagonista no contaba era con la aparición de un "tercero en discordia" un nóvel y enigmático némesis llamado "Vector" quien no se encuentra del lado contrario de la ley, sino más bien personifica a "la competencia" en la industria del robo, hurto, y cambio de dueño con consentimiento unilateral de propiedades, cosa que dentro del desarrollo de la trama se antoja difícil de creer, ya que por lo que conocemos del muchacho, le faltan cinco centavos para llevarse el título de inepto (alguien que diseña y presume un arma lanza-pirañas, no se merece otro adjetivo).

Pero como todo en esta película es parte de la diversión, cada personaje tiene su preciso lugar y momento; así que entran a escena las huérfanas Margo, Edith y Agnes, vehículo del cual don Gru quiere hacerse valer para conseguir sus siniestros objetivos. También forman parte del elenco los "minions" ('secuaces' en cristiano), una cruza entre jellybeans y las capsulitas que vienen dentro de los huevos Kinder Sorpresa (pero en amarillo) que son quizá el personaje secundario más simpático que hayan visto en años.

La verdad no quiero hacer de mi reseña y la opinión que tengo sobre esta película una narración o resumen de la misma, pues en realidad de lo que se trata es que ustedes la vean y la disfruten como lo hice con mi pequeño Adrián; normalmente spoilereo en mis reseñas y prácticamente -dependiendo del caso, les cuento hasta en qué termina, pero esta vez opto por recomendárselas de  preferencia en 3-D que en esta ocasión está perfectamente aprovechado y justificado.

Carcajadas por acá y por allá con secuencias rápidas y sorpresivas, reacciones de los personajes -y del público, que son divertidísimas, un doblaje muy bien hecho (y perfectamente adaptado sin caer en las acostumbradas -permitanme el término- 'burradas' al estilo "Shrek") con Andrés 'Güiri-Güiri' Bustamante en la voz de Gru y Alex 'Sexo, pudor y lágrimas' Sintek como "Vector".

Todo lo estresado y cansado que podía estar después de la maratónica sesión de trabajo del fin de semana, quedó totalmente atrás por partida doble gracias a mi mini clón y su iniciativa de ir al cine, realmente "Mi Villano..." funcionó como una perfecta riso-terapia que ni el mismísimo Doctor Nefario (el asistente de Gru) me hubiese podido recetar.

Ah, y la mamá de Gru me recordó (en buen plan) a muchas otras mamás que son la razón de ser de lo que sus hijos obtengan como logro en la vida o en su defecto dejen de obtenerlo; de lo lejos que se llegue o de lo estrepitoso del fracaso, de lo grande y victorioso o lo insignificante e insípido. Así que mamás (o futuras mamás que me leen) vean la película y decidan.

La tarde del domingo -ya muy tarde, por lo menos tuvo un excelente sabor para mi, los culpables fueron mi pequeño clon 2.0 y Gru (o los estudios Universal, casa productora de la película, que para el caso es lo mismo) de lo contrario, a estas alturas del partido ya estaría en la lona y hablando solo o algo.

Posted via email from Marco's posterous

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