miércoles, abril 21, 2010

El vuelo del "Aguila 1"

Asumiendo que el centro espacial "Colosio" quede establecido en Texcoco, esta será la primer comunicación.

Eso de la Agencia Espacial Mexicana con su presupuesto de 10 millones de pesos, es el chiste del día.

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lunes, abril 12, 2010

Milagros (o el único rant que leerán de mi sobre religión)



No todas las personas que habitan este planeta tienen una creencia de tipo religioso. A pesar de que prácticamente desde que la raza humana tomó posesión del "changarro" y se ha dado a la tarea de buscarle una interpretación divina a los fenómenos naturales, a las interacciones entre individuos, y hasta a la ingesta en cantidades industriales de bebidas que hayan pasado por un proceso de fermentación (ahí tienen ustedes a Baco, el dios del vino) no todos profesan una fé o pertenecen al conglomerado de una iglesia o sus derivados.

Al igual que los que buscan una interpretación teológica, hay quienes por medio de la ciencia intentan encontrar las respuestas que la religión o sus manuales del usuario (la Biblia, el Corán, etc.) no ofrecen de manera explícita a los millones de cuestionamientos existentes, y se enfocan a emplear a la ciencia en sus diversas disciplinas como método de solución a las dudas, algo así como el apartado de "solución de problemas comunes" de cualquier manual de instalación.

El abundar en temas religiosos es muy complejo, motivo de guerras y conflictos que a través de la historia, han dejado más preguntas sin resolver que respuestas -por no hablar de los individuos que han muerto como consecuencia de estas apasionadas y sangrientas batallas-. Por ello solo, y con fines de poner en contexto lo que realmente quiero externarles con este post les planteo lo siguiente.

Con los sucesos que se han comentado recientemente al interior de la iglesia católica, principalmente en México, los Estados Unidos e Inglaterra, y el subsecuente lavadero de manos de las altas autoridades eclesiásticas, el pasadero de la filosofal 'bolita' que nadie se quiere quedar, y los dimes, diretes, sonetes y cuentetes que hasta el mismo Vaticano ya no sabe como callar; queda claro que como institución (yo siempre he considerado a cualquier iglesia una suerte de personal administrativo para el planeta Tierra de la divinidad en cuestión, por ejemplo... la iglesia judía a Javé, la musulmana a Alá, la católica a Cristo... y un largo etcétera) ninguna iglesia se salva de que tarde o temprano, salgan los trapitos al sol -o en algunos casos hasta los mismos calzoncillos de curas, pastores, clérigos y demás- que por pederastas, promiscuos, viciosos, asesinos y algunas linduras más se exiban ante el mundo como imperfectos y hasta hipócritas. Sencillamente, las características (negativas, por supuesto) que puede tener cualquier ser humano.

Ser humano... ajá... todos ellos, independientemente de la religión o iglesia o como quiera que le llamen... son dirigidos por seres humanos de carne y hueso, como tú y como yo, que supuestamente siguen un precepto y una línea de conducta que los diferencía del resto, pero que al final, se la pasan por el arco del triunfo. Ahora -vale la pena hacer un 'disclaimer'-. Habrá tantos miembros de cualquier iglesia que se muestren ante el mundo con todas sus imperfecciones, como aquellos que sigan al pié de la letra el dogma y el concilio de sus propias instituciones, al grado de cumplir a carta cabal con lo que dictan los preceptos de cada religión, no de en balde han sucedido tragedias como el 11 de septiembre, que en fondo, se trató de una manifestación de lo que la iglesia (en este caso la musulmana) programó en la cabeza del puñado de terroristas que llevaron a cabo el plan.

Yo nací y crecí en el seno de una famila católica. Católica, apostólica y romana -para decirlo con todas sus letras-. Me bautizaron, confirmaron (ese era antes el órden) hice mi primera comunión (previa confesión de mis inocentes pecados de la infancia) y hasta me casé (la primera vez) por la iglesia. Prácticamente todo el proceso fué más por mera costumbre que por una auténtica convicción. Cuando hice mi primera comunión, recuerdo que esperaba sentir algo especial en el momento de tomar la hostia y beber el vino. Mi recuerdo es muy vivo hasta hoy... simplemente no pasó nada especial, por más que mis sentidos estaban alertas a lo que pudiese expresarse como signo divino de que estaba "comiendo el cuerpo y bebiendo la sangre" de Cristo... no ocurrió nada, no sonaron campanas, voló una blanca paloma, se abrieron las nubes... nada. Eso sí, cuando ví que en el desayuno se había juntado una buena cantidad de regalos (para mi hermano y para mi, los dos hicimos la primera comunión juntos) me puse muy contento... eso sí lo sentí.

Estudié desde quinto de primaria y hasta terminar la preparatoria en un colegio particular, dirigido por sacerdotes católicos de una orden menor -los escolapios. Cuando iba en sexto de primaria, los "Legionarios de Cristo" fueron a hacer un casting para hacer su labor de reclutamiento a mi escuela. No recuerdo mucho de lo que el padrecito ataviado con negrísima sotana y vistoso cuellito blanco platicó a nuestro salón. Recuerdo -eso sí- que después de la plática muy en petitte comité con la profesora hizo anotaciones en una lista y "el Cuervo Vengador" (así apodabamos a la miss) discretamente señalaba la ubicación de algunos alumnos. Yo entre ellos. Después del recreo, el jóven padrecito de la negra sotana, se acercó a mi para platicar en privado afuera del salón. No recuerdo gran cosa de la plática, solo algunos detalles de su speech de ventas como "imagina, ir al Vaticano a conocer al papa en persona como yo" o "la escuela tiene unas instalaciones padrísimas(sic), hasta hay alberca".

A la pregunta directa sobre si me gustaría ir con ellos a estudiar a partir de la secundaria, mi respuesta fué directa, tajante -y educada, hasta eso: "No, gracias" Respondí. Como un avesado vendedor de planes de previsión funeraria, el padrecito seguía adornando con el oro y el moro las posibilidades de hacer carrera dentro de la órden de los "Legios". Mi respuesta continuó siendo "no". Llegó el momento en que inclusive insistió en hablar con mi mamá, yo le dí vueltas al asunto y recuerdo que inventé que mi mamá trabajaba no sé dónde, haciendo no sé qué, con tan poca convicción que obviamente el padrecito notó mis mentiras y cambió de estrategia, me dejó en paz, pero después contactó a mi mamá.

Ignoro en qué haya consistido la plática, pero evidentemente no pudo convencerla, o ella misma sabía que la vida religiosa jamás sería algo que a mi pudiese llamarme la atención.

¿Cual fué el criterio para seleccionar a los que podían ser candidatos? Nunca lo supe. Pero recuerdo que cuando entre nosotros (los compañeros del salón) nos cuestionamos sobre con quién había charlado el famoso padrecito de negrísima sotana, caigo en cuenta que también pudieron ser negrísimas sus intenciones, tomando en cuenta lo que ahora se sabe de los "Legionarios de Cristo" y su ahora fallecido líder, Marcial Maciel. Cuando yo estaba en sexto de primaria (tenía once años) mi tez era tan blanca como un pan Bimbo, era pecoso como gringuito y mis ojos tenían un tono verde más claro que ahora -o sea- era un niño "bonito". El resto de los entrevistados tenían similares características.

A los 11 años el incidente pasó sin pena ni gloria, no me fuí, no me convencieron -y tampoco, obviamente a mi mamá- y ahora puedo decir en retrospectiva que quizá me salvé de milagro, de ser uno de tantos que en estas fechas están haciendo fuertes declaraciones sobre los abusos físicos y sexuales de los que fueron objeto cuando formaron parte de los "Legios" -Los "Millonarios de Cristo" les decían desde que yo estaba en primaria.

Conozco gente que sí se fué. Conozco gente a la que sí convencieron. Conozco gente que no fué finalmente llamada como posible seminarista o religioso, pero sí llegó a formar parte de la congregación en algún otro nivel.

Solo Dios sabe si alguno de ellos no forma parte del mugrero que ahora está saliendo a la luz.

Ya lo he dicho antes y lo reitero.

Creo en Dios, tengo una auténtica e inquebrantable fé hacia Él y sus misteriosas formas de llevar el sillón de CEO de este planeta, soy testigo de más de uno de sus milagros y básicamente lo que la religión católica me permeó desde la infancia sigue aquí conmigo.

Excepto sus dirigentes, ellos, desde el 'hermano' Juan Pérez que hace labor misionera en San Pedro de los Aguados (y mira con ojos lascivos a las nativas) hasta herr Razzinger, el actual papa, pasando por toda la línea ascendente de puntos intermedios en el escalafón de la iglesia católica, apostólica y romana, pueden por lo que a mi respecta irse directa -y literalmente- al diablo.

Espero no haber ofendido a alguno de ustedes con este post (principalmente por la foto que le acompaña, otro ejemplo de lo que a estas fechas sale a la luz).

Como yo ya no tengo acceso a los sacramentos de la iglesia (según esto, por haberme divorciado y vuelto a casar -aunque fuese solo por lo civil-) y habiendo quedado técnicamente excomulgado, desde aquí, este lugar del ciber espacio, elevo una oración por todos aquellos que fueron, son y serán, víctimas de algún miembro de cualquier órden o creencia religiosa. Mi conciencia está tranquila, y seguro varios miles de veces más limpia que la del tal Maciel o el padre Alberto.

Uno ya se murió, el otro ya se casó. El infierno para ambos en resumidas cuentas.

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sábado, abril 10, 2010

El comment que se hizo post.

Hace un rato, como comment al post (para mis amigos que no lo saben: si le das click con el mouse a las letritas azules que dicen 'post', hay un vínculo que te lleva a la publicación original del mismo... duh) del genial Toño Sempere en su blog, escupí lo que leerán a continuación, y como quedó tan largo y me sentí tan orgulloso de él, lo posteo en mi blog en espera de que les sirva de ejemplo de lo que con un poco de ganas e imaginación se puede lograr:

"Finísimo menú mi Toño, aunque debido a la limitante que ya has comentado de la oferta gastronómica en los menús (o menúes?… como madres se escribe en plural?) de estos lugares, más bien yo propondría la creación del asunto partiendo desde cero.
Permítame usted elaborar:


Al no ser tan práctico para estas mega-cadenas restauranteras efectuar un, llamémosle ‘reboot’ al menú, mi instinto creativo y actitud empresarial netamente mexicana (Peter Parker erróneamente le llama sentido arácnido) considero crear nuestra propia cadena de restaurantes. Sí, admito que suena arriesgado, pero hasta ellos (las grandes cadenas) habrán comenzado así.


No podría afirmar que el inicio sea fácil, no. Pero con la actitud correcta y un secreto que alguna vez escuché en un programa donde se hablaba de bienes raíces y el secreto del éxito en una transacción (location, location, location), veo un futuro promisorio y lleno de triunfos.


El primer eslabón en la cadena es abrir el ‘Toño’s Corner’, que como su traducción del inglés indica, se trata de un establecimiento ubicado en una esquina con buena afluencia de gente deseosa de degustar un bocadillo rápido y económico (la gama puede ser muy amplia). El plus es la evasión fiscal y la descarga de adrenalina al tener que levantar el changarro (con todo y tanque de gas) en cuanto algún supervisor de vía pública pase por el sitio.


Consolidado el primer paso, podemos continuar el rumbo a la apertura del ‘Toño’s Den’, ahora en un local que no requiere ser muy grande, pero sí es un must que el mobiliario sea patrocinado por alguna marca de refrescos o cervezas (imagino las pláticas de negociación con “Barrilitos” o “Pascua Boing” y el estire y afloje por el modelo de lujo de mesa y silla plegable). La base gastronómica del local no cambiaría mucho en función del ‘Toño’s Corner’ -principalmente para que los parroquianos no le pierdan el gusto- lo que sí es imprescindible es contratar a un buen ‘cleaner’ (Re: Harvey Keitel en “Pulp Fiction”) por aquello de algún deceso inesperado por fallitas en el tema de la resistencia a las bacterias.


Una correcta administración y el esfuerzo del equipo, puede llevar al negocio un nivel más arriba, el ‘Toño’s House’. Siempre habrá algún conocido que nos pueda dar el tip sobre alguna propiedad (una casa, obvio) que haya sido abandonada, embargada por el banco o quedado intestada, en la cual pueda hacerse un modelo de negocio donde nuestra clientela sienta que come y es atendida como en su misma casa. La idea es poder hacer un sondeo local sobre las costumbres gastronómicas del mercado ‘target’ y llevarla a cabo mediante la implementación de un equipo de meseras gritonas que lleven a nuestros comensales sus platos a la mesa con un sonoro “te lo tragas” o “cuidadito y dejas algo” un “me paso todo el día en la cocina pa’ que me hagas esos gestos” o cualquier otra frase o elemento que nuestro departamento de marketing (a estas alturas obvio que ya contamos con uno) pueda aportar como valor agregado. En esta etapa, con licencia (o sin ella, es igual) podemos ya expender y servir bebidas alcohólicas en la modalidad de copeo, botella abierta en la mesa, o botella adulterada para grupos con cara de funcionarios de gobierno.


Indudablemente, el éxito a estas alturas del partido será un vocablo que continuamente emplearemos en nuestras conversaciones, principalmente por estar ya consolidando el ‘Toño’s Garden’ tope de nuestro modelo de negocios y punta de lanza para la inminente transformación de lo que -alguna vez- comenzó en una esquina (hace solo unos párrafos ¿te das cuenta de lo rápido que funciona esto?) y ahora se perfila como un modelo de franquicia nacional e internacional. Nuestro hábil equipo legal ya habrá gestionado (o enviado al ‘cleaner’ en avanzada) la instalación en centros comerciales de alto nivel y perfil socioeconómico nuestro vistoso y atractivo diseño, mezcla de mexicaneidad, ambivalencia ideológica (a ambos nos vale lo que opinen los demás), eclecticismo artístico que vá de lo kisch a lo minimalista, pasando por el neoclásco y el art-decó (o sea… una fonda-new age-restaurant del centro histórico-Samborns-Rainforestcafé-Hardrockcafé-Bennigan’s-Italianni’s-Tony Roma’s [a quienes podríamos hasta demandar por el nombre]).


¿Ves qué fácil? Lo difícil, la creción de los nombres para los platillos del menú… ¡ya lo hiciste! Ahora solo falta seguir estos sencillos pasos para que en poco tiempo puedas ver tu nombre, sí, tu nombre en enormes letras de acrílico adornando las paredes de los ‘Toño’s Garden’ en Beiging, Londres, Paris, Berlín, Chalchicomula de Palma, Apizaco, Santa Ana Chiautempan y anexas.


Animate, tú eres un triunfador en potencia, solo tienes que verte triunfando".

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miércoles, abril 07, 2010

Cerdo a la plancha

O "dos perspectivas diferentes de la visita a un hospital".

Permitanme elaborar.

El sábado pasado, fuimos convocados por mi compadrísimo Armando a celebrar la llegada de sus 40 primaveras.

Pronta y alegremente fuimos llegando al lugar de la cita para disponernos del disfrute de una parrillada (en pleno sábado de gloria -not that I care) y de una variedad de bebidas espirituosas para ayudar a la garganta a resbalar la arrachera, el filete y demás cortes destinados a alimentar a una veintena de amigos, entre los que estábamos los que casi cada miércoles nos reunimos (y me incluyo, aunque soy el más irregular) para el dominó.

Por supuesto que no podía faltar el mismísimo Don Segio Soprano Corleone . Capo di tutti capi y propietario del "anafre" (un mastodónico asador) que fué empleado para dar cuenta de los kilos y kilos de res que conformaron el festín.

El querido Checolín traia carita de niño en día de fiesta, sonreía y aleteaba las pestañotas que Dios y doña Licha le heredaron, su espíritu irradiaba un aura luminosa y de la boca de nuestro muy estimado amigo, salía un sonoro, honesto, sincero y poco pretencioso "!hoy me quiero poner hasta la madre!".

Pero el gusto le duró poco. Muy poco si ustedes me apuran.

 Al poco rato de haber llegado y de servirse la primer bebida, el moreno tono de piel del estimado Serch, cambió a un pálido cenizo. Sudaba frío y la sonrisa desapareció, dejando lugar a una mueca mezcla de incertidumbre, dolor y un leve asomo de miedo.

Con la fortuna que nos acompaña en la vida a este su seguro servidor y amigos que me rodean, ahí, infaltable a la cita se encontraba el doctor Millan y su enorme sabiduría y experiencia médicas. En pocos segundos revisó al capo Soprano-Corleone y con calma, serenidad, y mucha firmeza indicó a Chío:

¡Trépalo a la camioneta y llévatelo al hospital!

La mayoría de los presentes -especialmente las dos pequeñas hijas del susodicho- no nos percatamos de todo el merequetengue que se gestaba en esos momentos, seguíamos departiendo con el festejado y al amigordo solo lo vimos salir llevado por su señora con destino al hospital; mi compadre Robert se quedó al pendiente del teléfono y de las niñas por cualquier novedad. -Quizá el médico lo mande de regreso a su casa y ahí quede la cosa, después les llevamos a las niñas, por ahora que jueguen y se distraigan-, fué en petitte comité lo que se planteó de inicio.

Y pues no.

Las horas pasaron y las noticias eran pocas y no muy alentadoras, aparentemente la situación era delicada, y sí que lo fué.

Al quierido Macuil tuvieron que operarle de emergencia un par de hernias, que de haber seguido así unas horas más hubiesen tenido consecuencias peores.

Nos tranquilizó el hecho -y las palabras del P-Lón Millán- que don Corleone-Soprano estando en el hospital tendría la atención adecuada y óptima, misma que en medio de una pachanga por supuesto que no tendría, bromeaba además con el detalle de haber comentado con Chío previa a la urgente partida al hospital... "Qué bueno que vienes vestida de negro, si este desgraciado se nos pela, ya no te tienes que ir a cambiar".

Nos dió, y nos sigue dando mucha risa, igual que el comentario del bautizado por el mismo Maxil como la "Rata Milpera", el compadre Robert, cuando nos enteramos que la cirugía era inminente. -"Mira nomás" -dijo, "esto de parrillada de carne de res, ya pasó a ser cerdo a plancha".

Entre la chanza y la risa, nos cayó el vente del mensaje que lo sucedido al buen Sergio, nos puede pasar a cualquiera. La mala alimentación, el estrés, el alcohol y las desveladas, pueden ser una ruta a la sala de emergencias para más de uno.

La vida nos ofrece una amplia gama de posibilidades para disfrutarla, pero hasta esa parte -la del disfrute- tiene que hacerse con cierta moderación. Más aún la friega en el trabajo y la aprehensión de la que continuamente somos presa por el estrés, las cargas tanto económocas como emocionales que nuestras labores y la vida diaria nos plantan a la cara.

El lunes 5 por la noche pude ir junto con mis compadrotes al hospital a visitar al Capo di tutti capi.

La palabra "madreado" es poco descriptiva de la imágen que el buen Checo representaba tumbado en el reposet, con tubos saliéndole (y entrándole) literalmente por todos lados, las piernas vendadas como si fuese a jugar fut contra el equipo del barrio más peligroso de Puebla y compresas de gel helado para bajarle la temperatura.

Hicimos lo posible -y creo que lo conseguimos- por hacerlo sentir mejor; lo habían visitado el día previo y ese mismo lunes sus familiares y algunos otros amigos, pero nosotros tomamos la visita al cuarto del hospital como una mala imitación de una reunión en casa, platicando trivialidades y temas ligeros, intentando hacer sentir a nuestro cuate cinco centavos menos fregado. La operación fué maratónica, complicada, tecnicamente exigente (principalmente la malla que le fué colocada como refuerzo en la cavidad abdominal) y para el pobre gordo casi un preludio del purgatorio que dentro de muchos, muchos años tendrá que pasar cuando entregue el equipo y tenga que rendir cuentas al creador.

Un amigo que a la vez es esposo, padre de familia, gente de trabajo -un soberano barbaján en la superficie, pero grande y noble como persona en el fondo- (puede en este caso más el fondo que la forma) fué el espejo en el que pudimos vernos reflejados, la llamada de atención que casi grita "¡aguas, no te toque a tí también" porque además, el mafioso más temido de la Santa María, es algunos añitos más jóven que nosotros.

Afortunadamente todo va bien,esta, su cuarta cirugía, esperamos sea la última.

Y en esas andaba precisamente cuando sonó mi celular pasadas las 9 de la noche. Era mi hermano -lo cual no me extrañó-. Lo que sí puso mis sentidos en alerta fué que la llamada tenía como finalidad avisar que la llegada de mi nueva sobrina -esperada para dentro de tres semanas- se adelantaba para esa misma noche.

¡Ups!

La plática durante la parte final de la visita al buen Sergio sonaba de manera hueca en mi cabeza, de hecho había entrado en tensión desde que mi hermano me avisó, pues los últimos meses del embarazo de mi cuñada habían sido bastante complicados y con un margen muy alto de riesgo.

Mientras sonaban las palabras y las risas, en silencio elevaba una oración porque todo saliera bien con la nena y mi cuñada. Afortunadamente Dios aún me tiene cierta estima (a pesar de que yo por mi lado ya le manifesté mi repudio a su pésimo personal administrativo en la tierra llamado 'iglesia católica' -con sus curitas pederastas y demás linduras-) y un rato después, mi hermana me confirmaba que todo había salido muy bien y que Mía del Carmen ya formaba parte de la humanidad, habiendo llegado a este mundo a las 9:40 de la noche con 2 kilitos y 300 gramos de pura lindura e inocencia.

Tras suspirar aliviado por las buenas noticias, ahora sí la despedida y los buenos deseos al amigo fueron con total conciencia.

Al día siguiente, me dí tiempo de ir al hospital a conocer a mi sobrina. Qué puedo decir yo -que a fín de cuentas soy su tío-. Está hermosa, completita y a pesar de que las facciones de un recién nacido son totalmente cambiantes, le encontré mucho parecido con su hermanito mayor (Mau le lleva únicamente un año con seis días).

Mi cuñada luce muy bien y el médico vislumbra un excelente panorama para ambas.

La visita al hospital en este caso, tuvo un sabor y un color totalmente diferentes. Cambia mucho la perspectiva de acuerdo con la situación, de eso, ni duda cabe.

Mis mejores deseos en la recuperación del buen Sergio, ya pronto repondremos lo que faltó disfrutar en la pachanga del compadre Armando.

Mis mejores deseos también para Erica y la nueva integrante de la familia: Mía del Carmen Flores Canales, quienes les rodeamos, procuraremos que siempre se sientan queridas y cuidadas.

Ahora, veremos de que manera darnos una escapada al hospital. Je!

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